La habilidad escondida de los niños con inteligencia emocional

Según  dos expertas  estadounidenses en educación y desarrollo emocional,  hay una característica clave de la inteligencia emocional que suele pasar inadvertida en los niños. Te contamos cuál es y cómo enseñársela a tus hijos.
Cómo enseñar a los niños a tener empatía

La inteligencia emocional brinda herramientas para enfrentarse a las adversidades y puede aprenderse desde la infancia. Los niños que, poco a poco, van desarrollándola adquieren habilidades y destrezas que les ayudan a afrontar mucho mejor los desafíos, problemas o dificultades que les pueden ir surgiendo en el camino.

Esta capacidad no sólo les va a ayudar a resolver conflictos, sino que también les va a permitir poner nombre a los diferentes sentimientos y emociones que surgen en su día a día y una vez identificados, sabrán gestionarlos adecuadamente y de forma constructiva.

En este sentido, Alyssa Blask Campbell, experta en crianza y desarrollo emocional, y Lauren Staubel, profesora de educación infantil en Bunlker Hill Community College de Estados Unidos, han explicado en el medio CNBC, las características claves que tienen los niños con inteligencia emocional como son la autoconciencia, la autorregulación y la automatización

Sin embargo, hay otra habilidad fundamental que pasa más desapercibida y esta es la empatía.

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Las expertas añaden que los adultos (ya sean los padres, cuidadores y/o maestros) juegan un papel fundamental a la hora de que los más pequeños aprendan y desarrollen inteligencia emocional. Y para desarrollar la característica de este tipo de inteligencia que pasa más inadvertida recomiendan las siguientes estrategias

Claves para desarrollar la empatía en los niños

No discutas su perspectiva y considérala válida: Dicen Blask y Stauble que si quieres enseñar empatía a tu hijo, es esencial que tengas en cuenta otros puntos de vista, por muy diferente que sea al tuyo. Aclaran que considerar otra visión no significa que la des por cierta. De lo que se trata es de atenderla y darle el espacio que se merece. A partir de ahora, en lugar de discutir la perspectiva de tu hijo, muéstrale que la ves como algo válido.

Identifica sus emociones. No es tan importante si tiene razón o no, lo importante es lo que está sintiendo y que tú sepas identificar esta emoción o sentimiento. Si tu hijo está enfadado, por ejemplo, una buena estrategia es decir en voz alta su emoción y recordar un momento del pasado en el que tú te sentiste así. De esta forma, le enseñas a empatizar con las emociones de otros, sin que importen las causas.

Manifiesta comprensión por lo que siente: Frases como “Lo entiendo”, “Sé por lo que estás pasando” o “Eso es muy difícil” te ayudarán a conectar con tu hijo, algo clave para desarrollar su empatía e inteligencia emocional.

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