Remedios para combatir el mal humor y las malas contestaciones en los niños

A ciertas edades, los niños pueden cambiar su humor de repente y mostrarse más irritables. ¿Por qué pasa esto? ¿Qué debo hacer ante ello? En el siguiente artículo te lo contamos.
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A los cinco o seis años, nuestros hijos ya no son bebés y quieren comportarse como niños mayores. Si les llevamos la contraria, ya no cogen rabietas de unos minutos, sino que se ponen de un humor insoportable. ¿Qué hacer ante las malas contestaciones de nuestros hijos?

Descripción de la imagen - Getty Images/iStockphoto

Ha desaparecido la felicidad espontánea que tenían de bebés y a veces parece que el mal genio domina su personalidad. A estas edades, los niños ya quieren tomar sus propias decisiones. Si les contradecimos pueden volverse muy cabezones. Y es que a medida que los niños crecen, atraviesan una fase crucial en su desarrollo emocional y cognitivo. A los cinco y seis años, se encuentran en una etapa que se caracteriza por importantes cambios en su comportamiento y personalidad.

¿Por qué de repente están de mal humor?

Como hemos dicho, a estas edades se producen cambios muy significativos en su desarrollo. El aumento del mal genio en un niño de cinco o seis años puede deberse a la creciente necesidad de independencia y autonomía, muy típico de esta edad. Conforme adquieren habilidades motrices y cognitivas más desarrolladas, desean tomar sus propias decisiones y participar de manera más activa. Sin embargo, este deseo de independencia puede generar conflictos cuando se enfrentan a la negativa de los adultos.

Cuanto más les negamos algo más lo quieren, ya que a través de estos gestos reafirman su propia identidad. Creen que no hay derecho a que los adultos les impongan las reglas. Han aprendido a encender la tele, comer solos o ponerse el pijama, pero tienen que hacerlo cuando un adulto se lo pide. '¡Qué injusto! Pues entonces voy y me enfado’.

Los momentos de terquedad en esta etapa son bastante comunes. De hecho, reflejan su intento de afirmar su individualidad y demostrar que tienen opiniones y deseos propios. Aunque puede resultar desafiante para los padres, como hemos explicado, este comportamiento es una parte natural del desarrollo del niño y una señal de que están adquiriendo un sentido de identidad y autoafirmación.

Entonces, ¿qué hacer ante esta situación?

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Es esencial que los padres comprendamos que esta etapa de crecimiento es completamente normal y apoyemos a nuestros peques a superarlo de la manera más saludable. Sin duda alguna, fomentar un ambiente donde el niño pueda tomar decisiones dentro de límites razonables y con responsabilidad puede ayudar a disminuir las tensiones. Y proporcionarles oportunidades para expresar sus opiniones y emociones de manera respetuosa les permitirá desarrollar habilidades de comunicación y resolución de conflictos.

Además de ello, te dejamos algunas pautas más concretas para combatir el mal humor de tu peque:

  • Incentiva una comunicación abierta: es fundamental crear un ambiente de comunicación abierto y empático en casa. Escucha a tu peque cuando esté expresando sus emociones, sin juzgar ni minimizar lo que siente o lo que te cuenta. A veces, los niños pueden estar frustrados o irritados por algo que les preocupa, y compartir sus inquietudes puede aliviar parte del mal humor.
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  • Intenta identificar los factores desencadenantes: es muy importante tratar de identificar qué situaciones pueden desencadenar el mal genio en tu hijo. Algunas veces puede ser el cansancio, otras veces el hambre o el aburrimiento. Una vez que conozcas estos desencadenantes, puedes anticiparlos y tomar medidas preventivas.
  • Establece rutinas: los niños se sienten más seguros y cómodos cuando tienen una rutina establecida. Para ayudarlos a reducir el estrés, la ansiedad y la irritabilidad, puedes darles horarios regulares para las comidas, el sueño, el juego y el tiempo en familia, por ejemplo.
  • Brinda opciones para que elija: hemos explicado que los niños a cierta edad buscan independencia. Por lo que darles opciones concretas dentro de límites razonables les permite sentir que tienen cierto “control” sobre su vida. Por ejemplo, podrías intentar ofrecer alternativas en actividades o juegos para que puedan tomar decisiones y sentirse más empoderados.
 
  • Incluye el juego y el ejercicio en su rutina: el juego y el ejercicio físico son excelentes formas de liberar tensiones y mejorar el estado de ánimo. Dentro de su rutina, asegúrate de que tu peque tenga tiempo suficiente para jugar al aire libre y realizar actividades físicas que sena dinámicas y divertidas.
  • Refuerza el comportamiento positivo: es fundamental reconocer y elogiar el buen comportamiento y los logros de un niño. Reforzar positivamente sus acciones ayudará a fortalecer su autoestima y fomentará actitudes y conductas más positivas.
  • Sé un buen ejemplo: recuerda que los niños tienden a imitar a los adultos que los rodean, sobre todo a sus padres. Por lo que si muestras una actitud positiva y manejas el estrés de manera adecuada, es más probable que tu peque también adopte esas habilidades.

Si, a pesar de haber empleado todos estos consejos, el mal humor de tu peque persiste o parece estar afectando significativamente su vida diaria, lo más recomendable es consultar a un profesional de la salud mental especializado en niños. 

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