Más allá del instinto: el vínculo mágico entre los bebés y sus padres, tal y como lo cuenta la pediatra Lucía Galán

El vínculo emocional que se genera entre los bebés y sus madres y padres es fascinante, emocionante y está científicamente probado.
el vínculo entre el bebé y sus padres según Lucía Galán
La anécdota que cuenta "Lucía mi pediatra" es pura ternura. - Imagen: Midjourney / PF - Ilustración mamá con bebé

La conexión entre padres e hijos es uno de los vínculos más poderosos y fascinantes de la naturaleza humana. Desde el momento del nacimiento, los bebés comienzan a forjar una relación única con sus progenitores, una conexión que va más allá de lo puramente biológico y que tiene profundas implicaciones en su desarrollo futuro. La reconocida pediatra Lucía Galán compartió recientemente una anécdota conmovedora que ilustra perfectamente la fuerza de este vínculo.

En un video publicado en sus redes sociales, Galán relata que cuando tiene un bebé en su consulta, durante las primeras visitas propias de los primeros meses, el bebé aún no la conoce, no sabe qué va a pasar y no es su entorno habitual. Cuando se va acercando a auscultar con el fonendo preparado, “lo primero que hace es mirarme fijamente, no me reconoce, yo ya tengo el fonendo en el corazón y percibo como está en taquicardia”.

Como ella misma comenta en su vídeo “lo primero que hace es buscar a papá o a mamá” y si la respuesta de su padre o de su madre le tranquiliza, si encuentra un comentario tranquilo o una sonrisa, su corazón deja de estar acelerado, el bebé también se tranquiliza, “automáticamente vuelve a mirarme a mí” y su frecuencia cardiaca se estabiliza.

“Se me ponen los pelos de punta porque lo estás viendo, con seis o siete meses, el impacto tan grande, la conexión tan maravillosa que tenemos con nuestros bebés. Y esto empieza ahí y ya no termina nunca. Ya estamos conectados con nuestros hijos más allá de la vida y de la muerte”, termina de comentar una emocionada Lucía Galán en su video.

El reconocimiento y el vínculo afectivo

Los estudios científicos han demostrado que los bebés son capaces de reconocer a sus padres desde muy temprana edad. Este reconocimiento se basa en una combinación de sentidos, siendo el olfato uno de los más importantes. Los recién nacidos pueden distinguir el aroma único de su madre, lo que les proporciona una sensación de seguridad y confort.

Además del olfato, la voz y el rostro juegan un papel crucial en este reconocimiento temprano. Los bebés muestran una preferencia por la voz de su madre desde el nacimiento, ya que han estado escuchándola durante todo el embarazo, de hecho hay psicólogos que comparan la voz de la madre con el efecto de un abrazo para el bebé. En cuanto a la vista, los pequeños comienzan a reconocer las características faciales de sus padres desde las primeras semanas de vida.

El vínculo afectivo entre padres e hijos va mucho más allá de un simple reconocimiento. Se trata de una conexión emocional profunda que se establece a través de interacciones cotidianas y que proporciona al bebé seguridad, amor y atención. Esta relación de confianza y afecto mutuo es fundamental para el desarrollo saludable del niño.

El vínculo afectivo entre padres e hijos es una de las conexiones más poderosas y transformadoras de la experiencia humana. Desde los primeros momentos de vida, como ilustra la anécdota de la Dra. Galán, los bebés buscan instintivamente esta conexión. A medida que crecen, este vínculo se convierte en la base sobre la cual construyen su comprensión del mundo y de sí mismos.

Los expertos en desarrollo infantil coinciden en que un vínculo fuerte y seguro con los padres o cuidadores principales ayuda a los niños a desarrollar una autoestima saludable, habilidades sociales sólidas y una mayor capacidad de resiliencia ante las adversidades. De hecho, los estudios han demostrado que los niños que experimentan un vínculo afectivo seguro con sus padres tienen más probabilidades de establecer relaciones positivas en el futuro, tanto con amigos como con parejas.

el vínculo entre el bebé y sus padres según Lucía Galán
La búsqueda de la mirada tranquilizadora de mamá o papá es habitual. - Imagen: Midjourney / PF

Su impacto a largo plazo

La influencia del vínculo afectivo establecido en la primera infancia se extiende mucho más allá de los primeros años de vida. Las investigaciones han revelado que un apego seguro durante la infancia está relacionado con mejores habilidades de resolución de problemas, menor riesgo de trastornos emocionales y relaciones interpersonales más saludables en la vida adulta.

Franz Ruppert, especialista en psicoterapia del trauma, explica que "dependemos de la madre en cuyo cuerpo crecemos, de su amor y cuidado cuando salimos de su útero. El recién nacido debe orientarse con todos sus sentidos y poderes hacia la madre. Ella está en el centro de su vida que está comenzando. La madre es la fuente del desarrollo físico, emocional y espiritual de su hijo".

Sin embargo, es importante destacar que este vínculo no se limita solo a la madre. La participación activa del padre en la crianza desde el nacimiento también juega un papel crucial en el desarrollo del niño. La anécdota compartida por la Dra. Galán ilustra cómo los bebés buscan instintivamente la conexión con ambos progenitores.

En un mundo cada vez más digitalizado, mantener y fortalecer el vínculo afectivo entre padres e hijos puede presentar nuevos desafíos. La presencia de dispositivos electrónicos y la constante conectividad pueden interferir con la atención plena que requiere la construcción de este vínculo.

Sin embargo, también existen oportunidades. Las tecnologías de comunicación pueden ayudar a mantener el contacto en situaciones de separación física, como en el caso de padres que trabajan lejos de casa. Lo importante es encontrar un equilibrio y priorizar el tiempo de calidad y la interacción directa con los hijos.

el vínculo entre el bebé y sus padres según Lucía Galán
El sonido de la voz de mamá o su olor son rápidamente reconocibles por el bebé. - Imagen: Midjourney / PF

Fortaleciendo el vínculo con el bebé

El vínculo entre padres e hijos es, en efecto, mágico. Es una conexión que trasciende el tiempo y las circunstancias, moldeando no solo el presente de nuestros hijos, sino también su futuro. En cada mirada, en cada abrazo, en cada palabra de aliento, estamos construyendo los cimientos de una vida plena y feliz para las generaciones venideras.

Para fomentar un vínculo afectivo fuerte y saludable, los expertos recomiendan varias estrategias:

  • Respuestas sensibles: Atender de manera consistente y empática las necesidades del niño fomenta la confianza y refuerza el vínculo emocional.
  • Presencia de calidad: Dedicar tiempo exclusivo y de calidad al niño, libre de distracciones, fortalece la conexión emocional y permite construir una base segura para su desarrollo.
  • Validación emocional: Escuchar y aceptar las emociones del niño sin juzgarlas ayuda a establecer una relación de confianza y seguridad.
  • Contacto físico: El contacto piel con piel, especialmente en los primeros meses de vida, es fundamental para el desarrollo del vínculo afectivo.
  • Comunicación constante: Hablar con el bebé, incluso antes de que pueda responder verbalmente, ayuda a establecer una conexión emocional y fomenta el desarrollo del lenguaje.

Como padres, cuidadores y sociedad en general, tenemos la responsabilidad de nutrir y proteger este vínculo. Al hacerlo, no solo estamos invirtiendo en el bienestar emocional de nuestros hijos, sino también en el futuro de nuestra comunidad. Después de todo, los niños que crecen sintiéndose seguros, amados y valorados tienen más probabilidades de convertirse en adultos emocionalmente equilibrados y capaces de formar relaciones saludables.

el vínculo entre el bebé y sus padres según Lucía Galán
Un vínculo que como dice Lucía Galán, se mantiene durante toda la vida. - Imagen: Midjourney / PF

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