Ocho consejos para ir a la playa con el bebé y no morir en el intento

El verano es un momento para disfrutar en familia, pero siempre tenemos que tener ciertas precauciones. Protegernos del sol, del calor y de los riesgos del agua son aspectos fundamentales que tratamos en este artículo.
bebé en la playa

A la hora de ir con un bebé a la playa hay que tener muchas cosas en cuenta. Su piel es muy delicada, al igual que sus ojos y su temperatura corporal. Por eso, nunca vienen mal unos cuantos consejos para ir con el bebé a la playa y no morir en el intento.

¿A qué edad puede un bebé ir a la playa?

Un bebé menos de seis meses no debe ser expuesto al sol. Si no hay más remedio que acuda a la playa o a la piscina debe permanecer a cubierto, debajo de una sombrilla y preferiblemente vestido con ropita ligera de tejidos naturales como el algodón. La hidratación con lactancia materna o leche de fórmula será fundamental para evitar complicaciones por el calor como la deshidratación.

¿Con qué edad puede bañarse?

A partir de los seis meses, se puede llevar al bebé a la playa y a la piscina y darse baños sin problemas, siempre en brazos de los padres y sin confiarnos en ningún hinchable de “dudosa seguridad”.

Cremas solares ¿Sí o no?

Cremas solares ¿Sí o no?

En menores de 6 meses no se recomiendan las cremas solares ya que no deben exponerse al sol, pero en caso de no poder evitarse se pueden aplicar aquellas de filtro físico ya que tienen menos riesgo de provocar irritaciones o alergias.

Cuando se use crema solar hay que procurar que sea resistente al agua. Hay que extenderla una media hora antes de acudir al lugar soleado y renovar después de cada baño y/o cada 2-3 horas.

¡Es importante que sean factor de protección solar (FPS) 50! No debemos olvidar aplicar la crema solar en las orejas, el cuello, la nariz y el empeine de los pies.

Fíjate en la fecha de caducidad de las cremas solares porque también caducan. Una vez abierto el envase, el producto se oxida y el filtro va perdiendo eficacia, de manera que sobrepasada la fecha que pone en el envase es probable que la protección no sea tan eficaz. Si observas que los ingredientes están 'separados' (aceite por un lado y agua por otro), compactados o cuarteados desecha el producto. Todos los productos de protección solar llevan marcado el tiempo de apertura en su envase (dibujo de un bote con un número de meses en su interior).

¿Bañarse con ropa?

En bebés son más adecuados los filtros físicos (camisetas, gorros, pañuelos, gafas, sombrillas, toldos…) y toda aquella barrera que se interponga eficazmente entre los rayos ultravioleta y su delicada piel. Existen en el mercado muchas marcas que ofrecen ropa de baño con protección solar.

Los ojos también cuentan

Ten en cuenta que el agua y la arena reflejan la radiación ultravioleta, de manera que es importante proteger la piel y los ojos del pequeño. Usa gafas con lentes homologadas, con filtros adecuados (no es lo mismo ir a la nieve que a la playa) y que cumplan la normativa vigente en la Unión Europea. A partir de los 18 meses es fácil encontrar gafas de sol para bebés en muchas tiendas. Con el tiempo se acostumbran a utilizarlas y así protegemos sus ojos de la radiación UV.

Seguridad en el agua

Vigila en todo momento a tus hijos si no saben nadar y se encuentran cerca del agua. Los manguitos o flotadores son elementos no recomendados ya que generan una falsa sensación de seguridad en los padres. Lo ideal es estar en brazos de los padres o utilizar chalecos a partir de un determinado peso y talla. No debemos dejar de vigilar a los niños más de 3 segundos ni estar alejados más de 3 metros de ellos para poder evitar ahogamientos o accidentes.

¿Qué horas debes evitar ir a la playa o piscina con el bebé?

Procura que el niño no esté en la playa o piscina en las horas centrales del día (de 11 a 17 horas, aproximadamente) y presta atención no sólo a si está en sombra o no. Además, hay que tener en cuenta la temperatura. El mecanismo termorregulador de los bebés (la sudoración) no funciona aún correctamente, de manera que puede sufrir un golpe de calor sin que apenas nos demos cuenta. Refréscale con frecuencia y procura ponerlo a la sombra. Evitaremos tapar el carrito con la idea de proteger del sol ya que muchas veces se produce un efecto invernadero que aumenta mucho la temperatura en el interior y es más perjudicial.

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