Hay un nombre de princesa Disney que cada año desde hace más de una década se cuela entre los nombres de niña más populares en nuestro país. Va camino, si no lo ha hecho ya, de convertirse en un nombre clásico de niña en este siglo, mucho más que uno de esos muchos nombres de niña que son tendencia hoy pero que mañana desaparecen igual que se han puesto de moda.
No es Esmeralda, el nombre de una de las hijas de Georgina Rodríguez y Cristiano Ronaldo, como la protagonista de El Jorobado de Notre Damme. Tampoco es Ariel, la icónica protagonista de La Sirenita cuya última versión inspiró la la muñeca inspirada en Halle Bailey que fue número uno de ventas en Estados Unidos. Y no hablamos tampoco de las princesas Marianne, Elena (de Avalor) o Sofía, nombres que también tienen princesas Disney protagonistas de series y películas que puede que no conozcas.
El nombre de personaje de Disney que resiste como ningún otro el paso del tiempo tiene cuatro letras y es un nombre de niña de princesa de cuento gracias a la factoría del ratón Mickey. Aunque, en realidad, es un nombre hebreo de niña con mucha historia a sus espaldas.
Sse trata de Elsa, protagonista junto a Ana de la película más popular de la factoría Disney en lo que llevamos de siglo: Frozen.
Significado del nombre Elsa
Elsa, como Elena o Elaia, es uno de los nombres de niña que empiezan por E, otro factor que en ocasiones utilizan las familias que buscan nombre para un bebé, el de la inicial.
Aunque es indiscutible —las estadísticas avalan esta teoría— que es la princesa de Disney quien puso de moda el nombre de Elsa en España (y en todo el mundo, aunque no disponemos de datos para sustentarlo), Elsa debe su origen al hebreo.
Proviene del nombre Elisheba, que significa “Dios es mi juramento”, si bien también se traduce por “Dios ayuda” o “la que lleva la protección de Dios”.
En cualquier caso, quizá no supieras que Elsa es una variante del nombre anglosajón Elisabeth, uno de los nombres de niña ingleses más populares, porque lo llevó su última reina, la más longeva de la historia, Isabel II.
Es, por lo tanto, un nombre ‘royal’ por excelencia, aunque no lo incluya el elegante nombre compuesto de la última bebé ‘royal’ en nacer, en el seno de la familia real sueca.
Popularidad del nombre de niña Elsa
Hay mujeres famosas que se llaman Elsa. Algunas de ellas gozaron de una enorme popularidad en España, como es el caso de Elsa Pataky, y ya sabemos que las celebrities de moda influyen en las tendencias de los nombres. Ahí están los casos de Leo, el poderoso nombre de niño que está de moda en media Europa (por Messi) y el de Kylian, nombre del primer bebé nacido en España en 2024 (por Mbappé).
Sin embargo, en este caso, no cabe duda de que la popularidad del nombre Elsa en España tiene un motivo particular: el estreno de Frozen en el año 2014. El fenómeno Frozen, potenciado con el estreno de la secuela en 2019, resiste el paso del tiempo como ningún otro éxito de Disney.
La prueba de que Frozen no pasa de moda es que en 2023 se seguían vendiendo 40 muñecas de Frozen cada minuto en el mundo.
Y los datos también avalan nuestra teoría de que Disney, que ,por cierto, se replantea los mensajes de sus películas tras la llegada de Trump, tiene mucho que ver en el éxito del nombre de niña Elsa en nuestro país, que sigue siendo uno de los 100 nombres que más ponen en España a bebés recién nacidos.
En concreto, en 2023, una década después del estreno de la película, se puso este nombre 340 veces en España. En 2014 fueron 906, en pleno boom del fenómeno Frozen. Bajaron a 657 en 2017 pero nunca ha desaparecido Elsa desde entonces en el top 100 de nombres de niña entre los recién nacidos: 489 en 2020, después de la segunda película, y 340 en la actualidad. La tendencia decae, pero aguanta de manera excepcional la distancia con respecto a los estrenos de las películas.
En total, son 18.732 las mujeres las que se llaman Elsa en nuestro país. Se concentran más en Castilla y León y Cantabria. Y su media de edad, 22,3 años, nos reafirma en que estamos ante uno de los nombres de niña clásicos del siglo XXI.
