95 países forman parte del Consorcio Mundial de Investigación Sobre Salud Escolar y Nutrición, actualmente Donald Bundy es su director, se trata sin duda de uno de los mayores expertos en nutrición escolar.
Reconocido epidemiólogo, ha trabajado como catedrático de Epidemiología en la London School of Hygiene & Tropical Medicine, ha sido asesor del Programa Mundial de de Alimentos de la FAO en Roma y del Banco Mundial en Washington.
Donald Bundy analiza al detalle cómo impacta la salud y la alimentación de la infancia durante la etapa escolar y es un firme defensor del comedor escolar gratuito y universal en los centros educativos, una medida que lleva hoja de ruta el nuevo gobierno español formado por el PSOE y la coalición SUMAR.
Mens sana in corpore sano
No podemos pensar que un niño malnutrido, que se duerme en clase y no presta atención, va a conseguir un buen resultado educativo por muy buenos que sean los libros de texto que llenan su mochila. Eso es lo que defiende Bundy desde hace décadas en los distintos organismos internacionales en los que ha desarrollado su labor.
Él se remite a los informes que se vienen publicando desde instituciones como la UNESCO en los que señalan que el cuidado de la salud y el bienestar de los alumnos son claves para obtener los mejores resultados educativos.
Según Bundy, los niños españoles tienen derecho a una educación gratuita y de calidad pero si no hay seguridad de que esos niños también estén bien nutridos y alimentados, no se puede asegurar que realmente aprovechen la educación como podrían. La eterna sentencia de “mens sana in corpore sano” aplicada a la alimentación infantil y a la educación.
Hay dos países en Europa que llevan décadas implementando programas de comida gratuita en sus escuelas, hablamos de Finlandia y Suecia. Son programas que llevan tanto tiempo funcionando que se ha podido medir sus buenos resultados a través de distintos parámetros.
Además, han demostrado que son programas que se pueden integrar de forma asequible en las estructuras del país, no son ni una locura ni un gasto imposible de asumir por las instituciones públicas.
En Suecia han llegado a comprobar, según señala Donald Bundy, que aquellos niños y jóvenes que se beneficiaron de estos programas de alimentación gratuita en los centros educativos, terminaron con mayores tasas de ingresos.
Pero según apunta Bundy, el problema que existe con las comidas escolares es que lo tratamos como si fuera algo exclusivamente relacionado con la nutrición y no es sólo eso, es mucho más y conviene tenerlo en cuenta.
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