El inicio de la educación primaria suele vivirse como un hito alegre, pero la transición podría ser más compleja de lo que parece. Un nuevo estudio revela una realidad matizada: el bienestar emocional de muchos niños disminuye durante ese primer año. Investigadores de la Universidad de Cambridge han encontrado que esta etapa conlleva cambios psicológicos significativos que impactan en el desarrollo académico y social.
El trabajo, publicado en la revista Developmental Psychology, siguió a 252 niños británicos y sus cuidadores durante un año. Los datos muestran un descenso en los niveles promedio de bienestar entre la etapa de "Reception" (equivalente al jardín de infantes) y "Year 1" (primer grado), acompañado por un incremento en dificultades de salud mental.
Lejos de ser una experiencia homogénea, el paso a la escolarización formal representa una transición intensa que requiere una atención más detallada por parte de las familias y el sistema educativo. Los autores del estudio proponen prestar especial atención a este periodo, pues sus efectos pueden influir en la trayectoria emocional y educativa futura.
Bienestar y salud mental: conceptos distintos pero entrelazados
Uno de los hallazgos centrales del estudio fue la distinción entre bienestar y salud mental, dos conceptos que a menudo se confunden. El primero se refiere a una sensación general de satisfacción, disfrute y conexión emocional positiva, mientras que el segundo apunta a la presencia o ausencia de dificultades emocionales y conductuales.
Los investigadores observaron que ambos constructos se comportan de manera diferente con el tiempo. Aunque algunos niños mantenían su nivel de bienestar, otros mostraban un deterioro paulatino, incluso si no presentaban signos clínicos de problemas psicológicos.
A la vez, el aumento de dificultades en salud mental no siempre estaba acompañado de una caída inmediata en bienestar.
Este matiz es clave para comprender por qué algunos niños que aparentan estar "bien" en realidad están atravesando un período desafiante. Identificar estas diferencias permitirá crear intervenciones más precisas y adaptadas.

El rol predictor del bienestar en el desarrollo académico
El análisis reveló que los niños que manifestaban mayor bienestar emocional al iniciar la primaria tenían más probabilidades de desarrollar una buena autoestima académica un año después. Es decir, se sentían más capaces de leer, escribir y contar.
Esta relación entre emociones positivas y desempeño cognitivo sugiere que el bienestar actúa como una especie de "amortiguador" ante las exigencias escolares.
No se trata solo de sentirse feliz, sino de contar con una base emocional estable que permita afrontar retos con confianza.
Por el contrario, niveles elevados de problemas emocionales en la etapa inicial predijeron menores competencias sociales y académicas en el futuro. Estos resultados subrayan la necesidad de identificar y atender precozmente cualquier signo de malestar.
Un desfase entre lo que sienten los niños y lo que perciben sus padres
Otro resultado relevante es la brecha entre las percepciones de los niños y las de sus cuidadores. En los primeros años de escuela, los adultos suelen sobrestimar la satisfacción de sus hijos en el aula y subestimar su disfrute en espacios como el patio de juegos.
Los investigadores observaron que recién en "Year 1" los padres comienzan a ajustar sus ideas a la experiencia real de los niños, pero a menudo reflejan emociones que sus hijos ya sentían un año antes. Este desfase podría dificultar la detección de señales tempranas de malestar.
Para cerrar esta brecha, el equipo de Cambridge desarrolló un libro ilustrado con personajes que representan distintas emociones escolares. El objetivo es fomentar conversaciones más honestas y profundas entre niños y adultos sobre la vida escolar cotidiana.

El impacto de los cambios pedagógicos en el bienestar infantil
La caída en el bienestar coincidió con el paso de una pedagogía basada en el juego (Reception) a un entorno más académico (Year 1), donde se introducen formalmente la lectura y la escritura. Este cambio puede generar tensiones internas que los niños no siempre pueden verbalizar.
El estudio sugiere que los sistemas escolares deberían considerar una transición más gradual hacia las demandas curriculares, permitiendo que los niños consoliden primero su confianza y motivación.
En este sentido, proteger los primeros años escolares como una etapa de entusiasmo y descubrimiento emocional podría tener beneficios duraderos en la trayectoria educativa.
La manera en que un niño vive sus primeros contactos con la escuela puede marcar su relación futura con el aprendizaje.
Conversaciones emocionales: una herramienta al alcance de todos
A partir de los hallazgos, los investigadores enfatizan la importancia de generar espacios de escucha activa. Hablar con los niños sobre cómo se sintieron durante el día, sin juzgar ni corregir, puede ofrecer claves valiosas sobre su bienestar.
El libro ilustrado desarrollado por el equipo incluye preguntas que invitan a reflexionar sobre momentos cotidianos: ¿Cómo te sentiste en el recreo? ¿Hubo algo que te hiciera reír o algo que te enojara?
Estas herramientas buscan fortalecer la alfabetización emocional desde el hogar.
Normalizar las emociones y reconocer que es esperable tener días buenos y malos son pasos importantes. Entender el contexto emocional ayuda a acompañar mejor la experiencia educativa.

El futuro: hacia escuelas más conscientes del bienestar infantil
Este estudio no solo aporta datos sino una mirada renovada sobre el rol de la escuela en la infancia. La propuesta no es eliminar el esfuerzo o las exigencias, sino acompañarlas con una atención genuina al mundo emocional de los niños.
Los autores sugieren que indicadores de bienestar podrían incorporarse a los sistemas de monitoreo escolar, del mismo modo en que se observan logros académicos.
Esto permitiría detectar desviaciones y actuar con mayor antelación.
La infancia es una etapa sensible y llena de transiciones. Atender al bienestar emocional desde el inicio no solo mejora la vida escolar, sino que construye bases sólidas para el desarrollo integral de cada niño.
Referencias
- Devine, R. T., Gray, L., Edwards, M., Jess, M., Dempsey, C., Heng, J., Mehrotra, M., D'Souza, H., Fink, E., & Hughes, C. Changes in children’s well-being and mental health across the early school years: Links with academic and social competence. Developmental Psychology. (2025). doi: 10.1037/dev0001962