Estos son los motivos por los que las familias no dejan que sus hijos vayan a una fiesta de pijamas

Hay familias que no ven con buenos ojos que sus hijos e hijas vayan a una fiesta de pijama: estos son los argumentos que defienden. 
Cómo preparar una fiesta de pijamas que recuerden siempre

En las tertulias adultas de parques y fiestas de cumpleaños infantiles se bromea a menudo con dejar a los peques con los abuelos, con que a ver si llega la semana de la granja escuela o con colocarlos el caso del papá o mamá al que más se le vea jugando con ellos. Son bromas que no van más allá de lo anecdótico pero es curioso que en edades más mayores, cuando empiezan a irse a casas de amigos y amigas y organizan fiestas de pijamas, esté creciendo una opinión cada vez más amplia entre las familias de no dejar que sus hijos e hijas vayan.

Hace unos meses se hizo viral el vídeo de un psiquiatra infantil y padre múltiple que en TikTok mostró su rechazo a las fiestas de pijamas. Para muchos de los padres y madres de ahora, este tipo de eventos les dejaron recuerdos muy positivos, pero no siempre es así, y prueba de ello es que hay adultos con hijos en edad de acudir a las fiestas de pijamas que prefieren que sus hijos e hijas las eviten. 

En una encuesta hecha a pie de colegio, como las que se hacen en domingo electoral pero en un viernes escolar, hemos conseguido recopilar algunos de los argumentos en contra de las fiestas de pijamas.

Uno de los motivos más extendidos entre las familias consultadas que se muestran reacias a estas fiestas es la duda de si su hija o hijo tiene edad suficiente para ir. “Seguramente no tenga importancia y una vez les dejemos ir a la primera y veamos que se lo han pasado bien no volvamos a tener este debate, pero a priori les veo todavía pequeños para estas cosas, aunque estén bajo supervisión de otros adultos en la casa a la que les invitan”, dice una mamá. “Yo soy de la opinión de cuanto más tarde vayan a estas cosas, mejor. No estaría tranquila”, dice otra.

La edad es una cuestión estrella en los argumentos de padres y madres que todavía no tienen hijos e hijas tan autónomos para ir a a fiestas de pijamas: “Uff, yo lo veo lejísimos; hasta la adolescencia nada, ¿no?”, dice un papá de dos niños en los primeros cursos de Primaria. “No quiero ni pensar en estas cosas todavía, ya llegará el momento de afrontarlo. No tienen edad para ello”, dice otro. 

Desconfianza, segunda razón

El otro factor más extendido entre las familias que prefieren que sus hijos e hijas no vayan a fiestas de pijamas es la desconfianza o falta de conocimiento de los adultos anfitriones.

Una madre reconoce que “no me gusta mucho que mi hija o mi hijo vayan a una casa, por muchos amigos que vayan, de la que no conozco bien a los padres de quien organiza la fiesta”, y un padre es todavía más tajante: “Yo, si no conozco muy bien a esos padres, o no puedo hablar con ellos antes, no les dejo ir”.

También hay quien reconoce que no deja a sus hijos ir a las fiestas de pijamas o que no les dejará cuando tengan edad porque “estas cosas siempre terminan mal”, y una madre de un niño especialmente sensible no es partidaria, al menos de momento, de exponer a este tipo de fiestas a su hijo. “Creo que es importante valorar para estas cosas el componente emocional y madurativo de los niños”, reflexiona.

Por último, entre las mamás y papás consultados, también hay quien deja caer que no tienen un recuerdo especialmente bueno de las fiestas de pijamas. “No eran para tanto, y aunque haya padres con ellos, yo recuerdo que no era fácil que nos controlaran lo suficiente”, dice una mamá. Otro papá, directamente, es más tajante en su argumento: “Yo nunca fui a una fiesta de pijamas y considero que no me perdí nada, no dejé de disfrutar y de pasármelo bien por no haber ido a una”, concluye.

Entre las madres y padres consultadas hay división de opiniones, en función del argumento esgrimido en su no a las fiestas de pijamas, sobre si dejar a sus hijos e hijas ir a una fiesta así pero sin quedarse a dormir. Quienes no les dejan por posibles malas experiencias o porque no creen que tengan edad suficiente son, en general, más partidarios al sí, mientras que siguen firmes en su postura negativa aquellas personas que priorizan cuestiones como conocer bien a los adultos que supervisarán la fiesta de pijamas. 

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