A diferencia de lo que pasa con las vacaciones de verano, en el parón de Navidad, cuando toca volver a la rutina escolar el día 8 de enero, nos resulta imposible en casa hacer caso a los expertos cuando recomiendan ir poco a poco, de forma paulatina, con la recuperación de los hábitos no vacacionales.
No sé si os pasa a vosotros, pero por mucho que lo intentamos, el 8 de enero con niños y niñas se parece mucho al 8 de enero de nuestra época de estudiantes, y mucho también al 7 de enero de cuando éramos trabajadores, como ahora, pero no padres ni madres. Esto es, el despertador, cuando suena, duele como una herida profunda. Y a las peques no hay quien las despierte, son dos presos muertos en la cama. Ni música “buenrollera”, ni levantar la persiana 10 minutos antes, ni su desayuno favorito. Y eso que les gusta mucho ir al cole, pero no el 8 de enero…
Que la fiesta de Reyes esté tan próxima a la vuelta de la actividad escolar hace tiempo que ni los horarios ni las rutinas se puedan cambiar poco a poco, como nosotros sí hacemos durante los últimos días de las vacaciones de verano, especialmente cuando entramos en septiembre. Solo cuando el día 6 cae en jueves o viernes, que se alarga la vuelta al cole hasta el 9 o el 10, se puede intentar aplicar un plan que no sea de choque. Pero seguramente, y sin que sirva de excepción, prefieres sufrir un poco el día 8 que alargar más tiempo las vacaciones de Navidad de los peques (salvo que tú también las tengas del trabajo hasta que regresen a casa).
Al menos, con esto de la vuelta a la rutina posnavideña no se llenan las redes sociales de los expertos en educación y psicología infantil de consejos sobre la vuelta a la rutina. Se agradece. Al menos, nosotros agradecemos ese respiro que nos dan Álvaro Bilbao y compañía, ¿verdad? Además, no es tan dramático el 8 de enero con niños y niñas cuando lo lleva siendo desde que nosotros teníamos la edad de esas personitas que se hacen las remolonas en la cama. Es una de esas situaciones en las que sí nos ponemos en su piel a la primera: su “resaca” y la nuestra es muy parecida el 8 de enero.

Sirvan estas líneas como grito al vacío, como desahogo al ver venir la montaña que tenemos que escalar todos y todas el próximo lunes, una vez pasen estas preciosas y mágicas horas en las que solo tenemos ojos para los Reyes Magos y para observar cómo lo viven los peques.
Lo bueno es que incluso el 8 enero pasa rápido, así que una vez superéis (superemos) esa hora inicial del día, la más dura de la jornada, en mi opinión, cuando se tienen hijos, todo volverá a la normalidad. Como si nada hubiera pasado… bueno sí, los turrones no pasan hasta que no vuelvas a quemarlos en el gimnasio. Pero ese ese es un tema para tratar en las revistas de fitness y no aquí.
¡Ánimo con la vuelta al cole el día 8, no estáis solos!