La anestesia epidural ha ganado muchísimo terreno en los últimos años. Solo en España se estima que el 72% de las mujeres que van a dar a luz la solicitan para combatir el dolor del parto, lo que significa que siete de cada 10 españolas apuestan por la epidural.

¿En qué consiste la anestesia epidural?
La epidural es un tipo de anestesia que se administra a través de una inyección en la espalda para aliviar el dolor del parto. Básicamente, actúa bloqueando de forma reversible la transmisión del impulso nervioso de las terminaciones que salen de las vértebras dorsales y sacras para inervar el útero. De esta manera, se interrumpe el dolor que provocan las contracciones durante el parto haciendo que la mujer se sienta más relajada.
Se trata de una anestesia bastante segura, sobre todo cuando se compara con otros medicamentos de efecto similar. Un estudio realizado en el Royal United Hospital de Bath, en conjunto con la Universidad de Dundee y el Wrexham Maelor Hospital, en alrededor de 707.500 personas intervenidas con epidural desveló que el riesgo de que se produzca una complicación es 10 veces menor de lo que se pensaba. De hecho, solo se produce 1 complicación permanente por cada 80.000 mujeres que la utilizan al dar a luz. Además, la mayoría de las mujeres reportaban sentirse muy satisfechas con su efecto durante el trabajo de parto.

¿Cuáles son las ventajas de apostar por la epidural en el trabajo de parto?
- Alivia el dolor casi completamente sin bloquear las facultades mentales y la respuesta instintiva de la mujer. Esto es de gran importancia, ya que la anestesia epidural, si está bien colocada y con la dosis idónea, alivia el dolor, pero no debe hacer que la mujer deje de tener sensación de ganas de pujar cuando llegue el momento. Sería algo así como que debe sentir pero que no le debe doler.
- Facilita la participación activa de la mujer durante todo el parto.
- Ayuda a reducir la tensión arterial, convirtiéndose en un gran aliado para quienes padecen toxemia, preeclampsia o hipertensión.
- Evita tener que utilizar otro anestésico en caso de que se requiera el uso de fórceps, al hacer una extracción por vacío mediante vacuo o ventosa o una episiotomía.
- Reduce el esfuerzo respiratorio al que se someten los pulmones durante el trabajo de parto, por lo que es beneficiosa para las mujeres que presentan una enfermedad pulmonar o cardíaca.
- Disminuye la actividad muscular en las piernas, lo cual puede ser beneficioso para las mujeres diabéticas ya que de esta forma pueden equilibrar mejor sus necesidades de glucosa.
- Tiene un efecto a largo plazo que dura aproximadamente 2 horas, aunque puede aplicarse una segunda dosis si el parto tarda demasiado. de hecho, normalmente se administra en infusión para mantener dosis de analgesia mantenida todo el tiempo que requiera la paciente. Además, permite reducir su efecto (en caso de adormecimiento excesivo de miembros inferiores) para que la madre pueda tener un mayor control durante la última etapa del nacimiento. Esto ayudará en el momento del expulsivo para favorecer el descenso del bebé y evitar la necesidad de utilizar instrumentos para sacar al bebé.
¿Qué riesgos presenta la utilización de la analgesia epidural?
De igual modo que el resto de las anestesias, la epidural encierra algunos riesgos para la salud, sobre todo cuando no se aplica correctamente. Por eso, es preciso evaluar cada caso, en aras de reducir el riesgo de reacciones inesperadas y asegurar el bienestar de la madre y el bebé.
- Puede ralentizar el proceso de parto o incluso puede bloquear las contracciones de la madre. De hecho, muchas de las mujeres que eligen la epidural necesitarán una dosis de oxitocina intravenosa para mantener la dinámica del parto. No obstante, si se administra una vez se ha establecido correctamente el parto de forma natural, este efecto no siempre ocurre.
- Reduce la capacidad de pujar de las mujeres ya que el bloqueo del dolor también disminuye las sensaciones en la mitad inferior del cuerpo. Pero esto solo ocurriría cuando la dosis administrada es demasiado elevada y se puede corregir disminuyendo la cantidad que se infunde por el cateter.
- Incrementa la probabilidad de desarrollar una hipotensión arterial en la madre, una complicación muy peligrosa que no solo puede provocar malestar en la mujer sino que también puede llegar a causar bradicardia en el bebé. Por ello es muy importante la monitorización de la paciente a la que se administra anestesia epidural durante un tiempo prudencial. En el caso del bebe las pacientes que tienen puesta anestesia epidural precisan monitorización fetal continua, para detectar precozmente estos casos de bradicardia o alteraciones en la frecuencia cardíaca fetal.
- Aumenta el riesgo de padecer lumbalgia o dolor lumbar posterior a la punción, aunque en la mayoría de los casos se supera sin mayores complicaciones.
- Disminuye la sensibilidad en la vejiga. De hecho, la mayoría de las mujeres que apuestan por la epidural necesitarán usar sondas vesicales intermitentes para vaciar la vejiga durante el parto y evitar así la aparición de globos vesicales.

- Incrementa las probabilidades de usar instrumentos durante el parto, como fórceps, ventosas y espátulas ya que la epidural puede bloquear el instinto de pujar de la madre.
- Puede provocar escalofríos y dolores de cabeza como efectos secundarios a la punción y al efecto del medicamento en el cuerpo, que pueden durar hasta una semana después del parto. Los dolores de cabeza son mas frecuentes en el caso de mala colocación del cateter. Es la conocida como cefalea postpunción.
- Aumenta el riesgo de tener que reanimar al bebé. Un estudio realizado en la Universidad de Granada encontró que los bebés nacidos bajo el efecto de la epidural alcanzan una menor puntuación en el test de Apgar y es más probable que necesiten reanimación y cuidados especiales.
- Incrementa la probabilidad de sufrir lesiones neurológicas, como la neuropatía periférica, sobre todo en las mujeres que han tenido un parto demasiado prolongado, según indica un estudio realizado en el Servicio de Anestesia-Reanimación del Hospital Universitario La Paz, en Madrid.
- En algunas mujeres no es eficaz. De hecho, en algunos casos puede lateralizarse, de forma que la mujer siente dolor en una parte de su cuerpo y en otra no.
Con todos estos datos, y asesorada siempre por un especialista, la decisión de utilizar la analgesia epidural o no durante el proceso del parto es totalmente de la madre. Tanto el ginecólogo como el anestesista te darán toda la información necesaria y responderán todas tus dudas para que disfrutes del momento del parto con la mayor tranquilidad posible.