El móvil que suena constantemente. Las notificaciones que aparecen a cada instante para recordarnos una reunión, una cita médica o un cumpleaños. Las tareas domésticas que se acumulan. En un mundo marcado por el estrés y la constante sobrecarga de información, cultivar la tranquilidad se ha convertido en una necesidad esencial para mantener la salud tanto psicológica como fisiológica. De hecho, la ciencia ha demostrado en repetidas ocasiones que el estrés crónico afecta de manera negativa a nuestra la salud, ya que contribuye al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, trastornos del sueño y problemas emocionales. Por ello, diversas disciplinas han investigado cómo promover un estado de calma a través de técnicas basadas en evidencia. A continuación, te proponemos varias estrategias respaldadas por la investigación que te ayudarán a fomentar la tranquilidad en tu vida cotidiana.
Los mecanismos neurobiológicos de la calma
Cuando los niveles de cortisol se disparan
El cerebro humano responde al estrés a través del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA), que regula la liberación de cortisol. Cuando el estrés se prolonga en el tiempo, este mecanismo puede desregularse y generar ansiedad y fatiga crónica. Varios estudios en el campo de la neurociencia han demostrado que técnicas como la meditación, la respiración diafragmática y la práctica de la gratitud pueden disminuir la actividad de la amígdala, la región cerebral responsable de procesar el miedo.
La importancia del sistema parasimpático
El sistema nervioso autónomo se divide en dos ramas principales: el sistema simpático, que activa la respuesta de lucha o huida, y el parasimpático, encargado de la relajación. Activar el sistema parasimpático mediante la respiración lenta y profunda reduce la frecuencia cardíaca y promueve un estado de calma. Investigaciones en psicofisiología han demostrado que ejercicios como la respiración 4-7-8 ayudan a regular la actividad autonómica.

Estrategias basadas en la atención plena: el "mindfulness"
El mindfulness se ha estudiado ampliamente en el ámbito clínico y experimental. Se ha comprobado que su práctica regular disminuye la rumiación mental y la activación de la red neuronal por defecto, responsable del pensamiento autónomo y la preocupación excesiva.
Meditación y reconfiguración neuronal
Por otro lado, algunos estudios de neuroimagen han evidenciado que la meditación de atención plena incrementa la densidad de materia gris en la corteza prefrontal y el hipocampo, las áreas vinculadas con la regulación emocional. Además, reduce la actividad de la amígdala, permitiendo una respuesta más equilibrada ante el estrés.
Integración del "mindfulness" en la vida cotidiana
La práctica de la atención plena no requiere de sesiones prolongadas de meditación. Los especialistas sugieren que la incorporación de ejercicios breves, como la respiración consciente o la observación atenta del entorno, pueden generar mejoras significativas en la reducción del estrés y el incremento del bienestar general.

El impacto de la actividad física en la tranquilidad
La actividad física es una herramienta efectiva para reducir el estrés y promover la calma. El ejercicio aeróbico aumenta la liberación de endorfinas y reduce la producción de cortisol, que, a su vez, mejora el estado de ánimo y la respuesta efectiva al estrés.
Ejercicio moderado y su efecto en el cerebro
Diversos estudios han encontrado que actividades como caminar, nadar o practicar yoga mejoran la conectividad funcional entre regiones cerebrales implicadas en la regulación emocional. Esto reduce la ansiedad y la sensación de tensión.
El yoga y la reducción del estrés
El yoga combina movimiento, respiración y meditación. El trabajo en estas tres áreas activa el sistema parasimpático y disminuye la actividad del eje HHA (eje hipotalámico-hipofisario-adrenal). Se ha demostrado que la práctica regular de yoga puede mejorar la variabilidad de la frecuencia cardíaca, un indicador clave de la capacidad del cuerpo para responder al estrés.

Regulación emocional y pensamientos positivos
La manera en que interpretamos las situaciones estresantes influye en nuestra capacidad para mantener la calma. La reestructuración cognitiva, una técnica derivada de la terapia cognitivo-conductual, permite modificar pensamientos automáticos negativos para reducir la ansiedad.
La práctica de la gratitud
El acto de expresar gratitud mejora la actividad en la corteza prefrontal medial, una región relacionada con la regulación del estrés y la toma de decisiones emocionales. Llevar un diario de gratitud puede ser una estrategia efectiva para mejorar el bienestar emocional.
La autocompasión y la calma interior
La autocompasión, entendida como la capacidad de tratarse a uno mismo con amabilidad en momentos de dificultad, se ha asociado con menores niveles de ansiedad y una mayor regulación emocional. Los estudios han evidenciado que quienes practican la autocompasión experimentan una menor activación del eje HHA ante situaciones de estrés.
La importancia de trabajar la tranquilidad
Las investigaciones científicas han identificado diversas estrategias para cultivar la tranquilidad en un mundo tan acelerado y disperso como el nuestro. Técnicas como la atención plena, la regulación del sistema nervioso, la actividad física y la modificación de pensamientos negativos han demostrado ser efectivas para reducir el estrés y mejorar la calidad de vida. Implementar estos enfoques en la rutina diaria no solo mejora la salud mental y física, sino que también contribuye al desarrollo de un mayor bienestar general y resiliencia emocional.
Referencias
- Fuentes, Paloma. 2021. La medicina de la felicidad. Las veinte vitaminas mentales para pasar de superviviente a súperviviente. Madrid: Pinolia.
