Un reciente estudio revela una realidad sorprendente: a pesar de que la mayoría de los padres creen que los 12 años es demasiado pronto para que sus hijos tengan un móvil, la práctica demuestra lo contrario. Muchos menores están recibiendo sus primeros dispositivos a una edad mucho más temprana de lo que sería recomendable, a pesar de lo que dicen instituciones como la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria sobre regalar móviles a los niños.
La empresa Qustodio ha presentado estos días su estudio anual en el que analiza las tendencias y el uso digital durante 2024 por parte de los menores de entre 4 y 18 años de España, Francia, Reino Unido, Estados Unidos y Australia. Este estudio cuenta con datos de más de 400.000 familias y refleja como en 2024 se ha mantenido el uso diario de las pantallas, fuera de las aulas, en 4 horas de media al día por parte de los menores.
Algo que se relaciona de manera directa con el hecho de que el 70% de los menores de 15 años en España tiene un smartphone a su disposición y que corroboran los datos recogidos en este estudio que señalan los 12 años de edad, como el momento en el que los menores reciben su primer teléfono móvil, coincidiendo con el inicio de la educación secundaria en nuestro país.
Cómo saber cuál es el mejor momento
La decisión de cuándo poner un teléfono móvil en las manos de nuestro hijo o hija es compleja y debe tomarse de manera individualizada, teniendo en cuenta las características de cada niño y las necesidades del entorno familiar.
Sin embargo, los datos son claros a este respecto según este estudio y la mayoría de los padres consultados creen que los 12 años es demasiado pronto aunque a la vista de la realidad, es innegable que muchos están cediendo por distintos motivos a las demandas de sus hijos a pesar de que sólo 1 de cada 5 padres cree que es la edad adecuada de entrar en el mundo digital.

La presión social
La influencia de los demás compañeros, el deseo de encajar y de no sentirse excluidos por parte del menor, son algunas de las motivaciones que tienen la mayoría de los padres y las madres para ceder ante la demanda de un smartphone por parte de sus hijos aunque intuyan que no es la edad más indicada para ponerlo en sus manos.
También existe la falsa creencia de muchos padres y madres de que sus hijos lo necesitan, de que es una herramienta para su seguridad aunque realmente no sea del todo así y aunque existan otra serie de herramientas que realmente puedan ser tan eficaces o más que el teléfono móvil, si realmente lo que nos preocupa es la seguridad del menor.
Y la comodidad a la hora de organizarnos y comunicarnos en la familia puede ser otro motivo por el que muchos padres y madres permiten que sus hijos tengan acceso a un teléfono móvil antes de tiempo porque es cierto que el hecho de estar conectados, es una ayuda para organizar los horarios de la familia, por ejemplo aunque también hay que estar preparado para detectar, si se produce, una más que posible dependencia excesiva.

Los riesgos reales
Los psicólogos y los expertos en este área, coinciden en que es fundamental retrasar la introducción de los dispositivos móviles hasta que los niños hayan desarrollado las habilidades cognitivas y emocionales necesarias para hacer un uso responsable de ellos.
De hecho, las recomendaciones de organizaciones internacionales como UNICEF o la Organización Mundial de la Salud, no dejan de publicar recomendaciones sobre el uso de las pantallas en la infancia y sus efectos negativos para el desarrollo de los menores.
El exceso de tiempo de uso de pantallas puede interferir en el desarrollo del cerebro, especialmente en las áreas que se relacionan con la memoria, la atención y el aprendizaje. Además, el sedentarismo, los trastornos del sueño y los problemas relacionados con la salud visual, están asociados con el uso excesivo de dispositivos móviles.
Todo ello sin dejar de poner el foco en la salud mental y cómo repercute negativamente en ella el ciberacoso, la exposición a contenidos inapropiados y la adicción a las redes sociales que muchos niños desarrollan por disponer de dispositivos móviles a edades demasiado tempranas, algo que ha llevado a la prohibición de los teléfonos móviles en las aulas de los colegios e institutos de distintas comunidades autónomas del país.
Para Gloria R. Ben, psicóloga experta de la empresa Qustodio, "es esencial que haya una comunicación abierta entre padres e hijos, de manera que los menores se sientan cómodos para hablar sobre cualquier problema o situación incómoda que puedan experimentar en Internet".
Qué podemos hacer los padres
Para esta psicóloga "es importante que las familias supervisen el contenido que consumen los menores en estas plataformas e inculquen un uso responsable de los dispositivos electrónicos, estableciendo normas y límites de tiempo de uso".
Ella sugiere a las madres y a los padres, "estar alerta y prestar atención a cualquier cambio que puedan ver en los niños, ya sea en su comportamiento, estado de ánimo o aparición de problemas físicos, como dolores de barriga o cabeza. En muchos casos, las aplicaciones de comunicación se convierten en escenarios de acoso hacia los menores, por lo que observar y escuchar será la mejor estrategia para enfrentarlas".
Al igual que enseñamos a nuestros hijos a cruzar la calle con seguridad, debemos equiparlos con las herramientas necesarias para navegar por el mundo digital de manera responsable e incluso debemos conocer las herramientas de control parental de las que disponemos los adultos de cara a proteger la integridad de los menores.
Al establecer límites claros, educar sobre los riesgos y fomentar un uso positivo de la tecnología, ayudamos a nuestros hijos a crecer en un entorno digital seguro y saludable. Es importante que no nos olvidemos de ser un ejemplo para ellos, por lo que es importante limitar por nuestra parte el uso de dispositivos móviles cuando estamos con nuestros hijos e hijas.
