Japón enfrenta una crisis demográfica sin precedentes debida a la baja tasa de natalidad de la población y por tanto, a un continuo envejecimiento. Con una tasa de fertilidad de solo 1,2 hijos por mujer y una población cada vez más envejecida (la edad promedio es de 49,9 años), el país asiático ha tomado medidas audaces para revertir esta tendencia. Japón busca aumentar la natalidad en el país cuanto antes porque de enero a junio, el país asiático registró 350.074 nacimientos, un 5,7% menos que en el mismo período de 2023, según el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar.
Desde ese momento, las autoridades niponas han ideado una serie de planes para aumentar la tasa de natalidad. Entre las iniciativas más recientes del gobierno de Tokio destacan la introducción de la semana laboral de cuatro días y una aplicación de citas conocida como Tokyo Futary Story.
¿Por qué es tan importante abordar la crisis de natalidad?
La natalidad se ha convertido en un problema en distintos países de todo el mundo y cada uno lo aborda con una perspectiva bien distinta. En Rusia por ejemplo, te arriesgas a multa o deportación si abiertamente te muestras en contra de tener descendencia. También en España la natalidad ha caído a mínimos históricos y las estadísticas dejan muy claro que por distintas razones, la generación millenial tiene menos hijos, algo que coincide con lo que se está viviendo en Japón en los últimos años.
La tasa de natalidad de Japón está muy por debajo del nivel necesario para mantener una población estable, que según la OCDE es de 2,1 hijos por mujer. Con menos nacimientos cada año, el país enfrenta una disminución de su población activa, lo que a su vez impacta negativamente en su economía. Al mismo tiempo, la carga de cuidar a una población envejecida recae en un número cada vez menor de trabajadores. Es una espiral que el gobierno quiere frenar cuanto antes.
Tokio, como epicentro económico y demográfico del país, tiene una tasa de natalidad por debajo de la media de solo 0,99 hijos por mujer. Este dato refleja un reto crítico: cómo incentivar a las parejas a formar familias en una de las ciudades más densamente pobladas y competitivas del mundo.

Un problema a largo plazo requiere soluciones urgentes
La baja natalidad no es un fenómeno reciente en Japón. Desde los años 90, el gobierno ha ido implementando distintas políticas para intentar revertir esta tendencia, incluyendo licencias de maternidad más amplias, subsidios para guarderías y ayudas económicas directas a las familias. Sin embargo, estas medidas han tenido un impacto limitado y no han conseguido frenar la caída de la natalidad en el país.
El problema se agrava por la percepción de que tener hijos supone una carga adicional, especialmente para las mujeres. De hecho, más de la mitad de las mujeres japonesas que desearon tener más hijos no lo hicieron debido al incremento de tareas domésticas y de cuidado que esto asumen que conllevaría.
La revolución laboral en Japón
Japón ha sido históricamente conocido por su cultura laboral intensa, donde largas horas en la oficina han dificultado la conciliación de la vida laboral y familiar, algo que pretenden cambiar con nuevas políticas públicas.
A partir de abril de 2025, el Gobierno Metropolitano de Tokio planea implementar la semana laboral de cuatro días entre sus empleados. Este cambio pretende aliviar las tensiones laborales y redistribuir las tareas domésticas, un factor crucial en un país donde la brecha entre hombres y mujeres en lo que respecta a las tareas domésticas es una de las mayores entre los países de la OCDE, "las mujeres en Japón realizan cinco veces más trabajos no remunerados, como el cuidado de niños y ancianos, que los hombres", según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Estudios previos realizados en países que han adoptado esta jornada laboral demuestran que los hombres tienden a involucrarse más en las labores del hogar, dedicando un 22% más de tiempo al cuidado infantil y un 23% más a las tareas domésticas.
Según Yuriko Koike, gobernadora de Tokio, esta medida busca permitir que las mujeres especialmente, puedan equilibrar su vida laboral y familiar. La reducción de la jornada laboral no solo pretende beneficiar a las familias actuales, sino también fomentar un entorno donde tener hijos sea más viable.
"Seguiremos revisando los estilos de trabajo de forma flexible para garantizar que las mujeres no tengan que sacrificar sus carreras debido a acontecimientos de la vida como el parto o la crianza de los hijos", dijo Koike durante la sesión regular de la Asamblea Metropolitana de Tokio, tal y como recoge el diario Japan Times.
Koike ha subrayado que el objetivo es garantizar que las mujeres no tengan que elegir entre su carrera y la maternidad. Esta medida también incluye nuevas licencias de cuidado infantil que permitirán a los empleados reducir su jornada diaria en dos horas, una flexibilidad que podría ser clave para los padres que necesitan tiempo adicional para cuidar de sus hijos.
Experiencias internacionales sugieren que la semana laboral de cuatro días puede fomentar la igualdad de género en el hogar y aliviar la carga de cuidado sobre las mujeres, lo que podría ser un paso en la dirección correcta. Sin embargo, superar décadas de estancamiento demográfico requerirá un cambio cultural profundo, además de políticas sostenidas en el tiempo.

Una aplicación de citas para fomentar el matrimonio
Otra de las estrategias más innovadoras es el lanzamiento de Tokyo Futary Story, una aplicación de citas financiada por el propio gobierno. Esta herramienta, a la que se han destinado más de 500 millones de yenes en dos años, busca conectar a personas solteras y fomentar las relaciones a largo plazo que puedan derivar en matrimonio y, eventualmente, en la formación de familias.
Según una encuesta realizada por Meiji Yasuda Life Insurance, las aplicaciones de citas han ganado popularidad en Japón, con el 25% de las parejas casadas en el último año habiéndose conocido a través de estas plataformas. Este dato subraya el potencial de esta medida para influir en las dinámicas sociales del país.
Además de facilitar encuentros, la aplicación también está diseñada para reducir las barreras sociales que enfrentan los jóvenes a la hora de iniciar relaciones en un entorno marcado por largas jornadas laborales y pocas oportunidades para socializar. Desde el gobierno han pensado que se trata de una herramienta útil además de disruptiva, con la que aumentar la tasa de natalidad del país.
