En la vida diaria de los padres, el estrés puede ser una constante, especialmente cuando se enfrentan a los retos de la crianza. Entre las tareas del día a día y las exigencias emocionales de cuidar a los hijos, encontrar momentos de calma puede parecer en muchas ocasiones, una misión imposible. Sin embargo, una solución sorprendentemente efectiva para aliviar el estrés parental puede estar caminando sobre cuatro patas en tu hogar y se trata de convivir con un perro siempre teniendo muy en cuenta que los animales puede que no sean el mejor regalo para un niño o un adulto si no se tienen en cuenta sus necesidades.
Los beneficios de convivir con un perro no solo son emocionales, sino que también afectan positivamente la dinámica familiar y la salud mental. Inspirado en el libro “El lenguaje corporal de los perros” de Victoria Stilwell, podemos explorar cómo la relación con un perro puede ser una herramienta muy útil para los padres y las madres en los momentos de estrés que se generan habitualmente durante la crianza y la vida en familia.
Durante situaciones de alto estrés, como el confinamiento por la pandemia, los perros demostraron ser compañeros invaluables. Según un estudio de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la UAB, el 74% de los españoles afirmó que sus mascotas les ayudaron a sobrellevar mejor esta etapa.
Victoria Stilwell es una conocida autora, entrenadora de perros y presentadora de televisión inglesa, Stilwell ha aparecido como una experta en comportamiento de mascotas en distintas series de televisión internacionales, aunque es más conocida como la estrella y creadora del programa de televisión de adiestramiento canino It’s Me or the Dog.
Los perros como apoyo emocional
Tener un perro en casa implica más que paseos y juegos. Según la autora y entrenadora Victoria Stilwell, los perros tienen una rica inteligencia social y son capaces de percibir y responder a nuestras emociones de una manera notable. Su lenguaje corporal y vocal no solo es complejo, sino que refleja una sensibilidad que permite a los humanos sentirse comprendidos.
Es innegable que la compañía de un perro en tiempos de crisis no solo proporciona estabilidad emocional, sino que también fomenta rutinas saludables. Porque los paseos regulares nos obligan a movernos más, y los juegos y las caricias se convierten en anclas emocionales aunque no nos demos cuenta que ayudan a mantener el equilibrio en medio del caos.
Durante momentos de estrés parental, la interacción con un perro puede ofrecer alivio inmediato. Estudios recientes han demostrado que acariciar a un perro reduce los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y aumenta la producción de oxitocina, conocida como la “hormona del amor”. Esto crea una conexión calmante entre el humano y el animal, funcionando como una terapia silenciosa independientemente de la edad del humano, hay beneficios que aportan los animales a la infancia que están avalados por estudios científicos.

La relación humano-perro
En su libro “El lenguaje corporal de los perros”, Stilwell detalla cómo los perros se comunican consciente e inconscientemente, utilizando señales corporales que reflejan sus estados emocionales. Comprender estas señales puede fortalecer el vínculo entre el perro y su dueño, creando una relación de confianza mutua, de hecho es interesante enseñar a los niños sobre el lenguaje corporal de los perros para que se relacionen de forma segura con estos magníficos animales.
Por ejemplo, un perro que mueve la cola suavemente o se acerca con la cabeza inclinada muestra afecto y busca interacción. Para los padres que enfrentan días agotadores, estos gestos sencillos pueden ser un recordatorio de que no están solos y que tienen una fuente constante de apoyo emocional incondicional en su hogar.
En un mundo donde el estrés parental es una constante, tener un perro puede ser una solución inesperada pero profundamente efectiva. Desde proporcionar apoyo emocional hasta enseñar valores a los niños, los perros son compañeros leales que transforman la dinámica familiar para mejor.
Un reciente estudio realizado por la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (AMVAC) muestra claramente que, en general, la compañía de un animal mejora la calidad de vida de todo ser humano.
Si estás buscando una forma de aliviar el estrés y fortalecer los lazos familiares, considera la posibilidad de incluir a un perro en tu vida. Con su amor incondicional y su capacidad única para leer nuestras emociones, estos animales pueden convertirse en aliados invaluables para los padres en busca de equilibrio y bienestar.
En palabras de Victoria Stilwell, los perros no solo nos entienden, sino que también tienen el poder de hacer nuestras vidas más felices y completas. Así que la próxima vez que te sientas abrumado, recuerda: tu mejor terapeuta podría estar justo a tus pies, moviendo la cola.
Enseñanzas para toda la familia
Jessica Pierce, autora de “¿Qué es un buen perro?”, destaca cómo los perros pueden ser excelentes maestros para los niños, los perros pueden enseñar empatía y responsabilidad a los niños.
Sin embargo, Pierce subraya que no es responsabilidad del perro enseñar, sino que la convivencia con un animal ofrece oportunidades naturales para inculcar estas lecciones.
Asignar tareas relacionadas con el cuidado del perro, alimentarlo o cepillarlo, permite que los niños participen activamente y entiendan lo que implica cuidar de otro ser vivo. Estas experiencias no solo benefician a los niños, sino que también alivian parte de la carga mental de los padres, generando un sentido de colaboración en el hogar muy positivo y constructivo para todos los miembros.

Beneficios físicos y emocionales de tener un perro
La presencia de un perro en casa tiene un impacto positivo no solo en la salud mental, sino también en la física. Pasear al perro implica ejercicio regular, lo que beneficia tanto a padres como a hijos. Además, interactuar con un perro, ya sea jugando o simplemente observándolo, puede inducir un estado de relajación que mejora la calidad del sueño y reduce la presión arterial. Hay estudios científicos que muestran que los animales de compañía ayudan a los niños a sentirse menos solos y eso siempre es algo muy positivo para la salud mental.
En los recientes estudios sobre la mente de los perros se ha demostrado que tienen una rica inteligencia social y un lenguaje físico y vocal tan complejo y sutil como el nuestro.
El contacto con un animal también fomenta el “tiempo offline”. Las actividades compartidas con el perro ayudan a desconectar de las pantallas, favoreciendo momentos de conexión real entre los miembros de la familia.
Impacto en la salud mental durante el embarazo y el posparto
Los beneficios de tener un perro no se limitan a momentos de estrés general; también son particularmente valiosos durante el embarazo y el posparto. Según investigaciones citadas en el libro, vivir con un perro puede reducir la ansiedad, promover la actividad física y mejorar los vínculos afectivos en este período crítico. Los beneficios psicológicos de tener un perro durante el embarazo y el postparto son una realidad que también hay que tener muy en cuenta.
Durante el embarazo, un paseo diario con el perro no solo ayuda a mantener un estilo de vida activo, sino que también proporciona un espacio para la reflexión y la conexión con la naturaleza y con el propio cuerpo y los cambios que está experimentando.
En el posparto, la presencia del perro puede ofrecer consuelo y aliviar la sensación de aislamiento que muchas madres experimentan durante un tiempo.

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