La menstruación, regla o periodo es el sangrado vaginal normal que ocurre como parte del ciclo mensual de una mujer.

Muchas mujeres tienen menstruaciones muy dolorosas; algo que se conoce como dismenorrea.
El dolor suele ser referido como dolores palpitantes o cólicos en la parte baja del abdomen. También puede tener otros síntomas, como dolor de espalda baja, náuseas, diarrea y dolores de cabeza. La dismenorrea puede ser muy limitante para la paciente, condicionando incluso la vida normal de la mujer.
Existen dos tipos de dolor menstrual diferentes
La dismenorrea primaria es el tipo más común. Es el dolor menstrual que no es causado por otra afección. La causa suele ser una elevación de prostaglandinas, que son productos químicos normales producidos por el útero. Provocan contracciones en el músculo del útero y aparecen los calambres.
A menudo, con el paso de los años, se experimenta menos dolor y también puede mejorar después de haber dado a luz.
La dismenorrea secundaria a menudo comienza más tarde. Es causada por enfermedades que afectan a su útero u otros órganos reproductivos, como endometriosis o fibromas uterinos. Es común que este tipo de dolor a menudo empeore con el tiempo. Es muy frecuente que el dolor intenso, e incapacitante en ocasiones, se asocie con una endometriosis oculta, aunque ecográficamente no se evidencie.
¿Cuándo sería conveniente consultar al ginecólogo?

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Nunca debemos normalizar el dolor, puesto que la regla no debe doler (puede molestar o tener un dolor leve que mejora con analgesia habitual), y sufrir no debe considerarse "normal". Si con la menstruación se padece un dolor que invalida, se debe pedir ayuda.
A modo de resumen, aquellas situaciones en las que habría que solicitar valoración por especialista serían las siguientes:
- Cuando los antiinflamatorios no esteroides y los cuidados personales generales no ayudan, y el dolor interfiere con su vida diaria.
- Cuando empeora el dolor de forma brusca y repentina
- si tienes más de 25 años y tienes dolores severos por primera vez, sin haber tenido molestias previamente.
- El dolor se asocia con fiebre.
- Presenta dolor incluso fuera del período, es decir, tiene dolor pélvico o abdominal independientemente de la menstruación.
Ocho consejos para aliviar el dolor menstrual
Lo primero a tener en cuenta es que si todas las recomendaciones no funcionan hay que pedir ayuda.
- Mantener algunos hábitos saludables en cuanto a alimentación puede ayudarnos. Una dieta antiinflamatoria rica en antioxidantes puede mejorar los síntomas tanto de la dismenorrea primaria como de los casos de endometriosis diagnosticada.
- El estrés oxidativo hace que se creen postaglandinas, las responsables de las contracciones uterinas y los cólicos tan característicaos, y estas sustancias derivada de los ácidos grasos. Por ello, lo más indicado sería seguir una dieta que favorezca la aparición de las postaglandinas buenas, presentes en alimentos ricos en Omega 3 y antioxidantes, y disminuya las prostaglandinas “malas”, que son las que están presentes en grasas animales y carne roja.
- Incrementa en la dieta alimentos como los frutos secos (nueces, semillas de girasol o lino) cereales sin gluten y legumbres. Las verduras y frutas frescas (principalmente el aguacate y el limón) pueden llegar a ser tu aliado. El pescado azul (el salmón, la sardina, la caballa y el atún) combinado con el aceite de oliva (virgen extra) es una buena opción.
- Añade a tu lista de la compra condimentos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias como cúrcuma, curry, canela, jengibre, azafrán o clavo.
- Puedes utilizar suplementos como vitamina E, zinc, selenio, magnesio, vitamina B o aceite de onagra.
- La actual evidencia científica indica que el ejercicio, realizado en sesiones de aproximadamente 45 a 60 minutos, tres veces por semana o más, independientemente de la intensidad (desde yoga a ejercicio aeróbico y de fuerza), podría aportar una reducción clínicamente significativa en la intensidad del dolor menstrual tanto de forma aislada como en combinación con antiinflamatorios.
- Debes descansar y evitar el estrés. Se ha considerado que niveles altos de estrés se producen alteraciones de lo ciclos menstruales y también dismenorrea.
- ¿Y cuando nada de esto funciona? Se pueden utilizar anticonceptivos orales combinados. Su uso se ha recomendado como un tratamiento para la dismenorrea primaria desde su introducción para uso general en 1960. Existen pruebas de estudios epidemiológicos de poblaciones en general que los ACO combinados pueden tratar efectivamente la dismenorrea. No obstante, la evidencia científica es baja y sólo deberíamos utilizarlos como última opción.
El ejercicio, el sueño reparador, una dieta saludable, la confianza en los amigos y la familia y las actividades sociales saludables pueden reducir potencialmente los efectos del estrés en la salud. Y ello a su vez, va a mejorar patologías como la dismenorrea y otras asociadas a inflamación.