El último día del mes de febrero, empezó para los millones de musulmanes y musulmanas de todo el mundo el Ramadán, el noveno mes del calendario islámico, el mes del ayuno, la oración, la reflexión y la comunidad.
Hasta el día 30 de marzo que es cuando termina este año el Ramadán, se mantiene un ayuno que va desde el amanecer hasta el ocaso. Aunque no es obligatorio para las mujeres embarazadas, como tampoco lo es para las personas adultas que estén viajando o para las personas diabéticas, hay muchas mujeres que lo practican junto al resto de su familia y es importante tener en cuenta una serie de consejos y recomendaciones para cuidar el embarazo durante el Ramadán.
La Dra. Ariana Serrano, obstetra especialista en medicina materno fetal en el Centro Médico Gynaikos, nos comenta que “el desafío principal del Ramadán para las mujeres embarazadas radica en las largas horas de ayuno. Generalmente, no se aconseja ayunar durante la gestación, aunque la decisión depende del trimestre en el que se encuentre la madre y el estado de salud del bebé”.
Durante la gestación o durante la lactancia no es bueno hacer ayuno, ni siquiera el famoso ayuno intermitente, según lo señalan los nutricionistas. Incluso en determinadas ocasiones, es necesaria una dieta para mantener a raya la diabetes gestacional que puede provocar distintos problemas para la salud de la madre gestante y su futuro bebé.

Ayunar en el embarazo
El Ramadán es el noveno mes del calendario islámico, cada año las fechas se mueven en el calendario ya que dependen del mes lunar. Este año 2025 el Ramadán ha empezado el 28 de febrero y se extenderá hasta el próximo domingo día 30 de marzo.
El cumplimiento anual del Ramadán está considerado por la religión islámica como uno de los Cinco Pilares del Islam, es una conmemoración de la primera revelación de Mahoma. Durante este periodo la primera comida debe hacerse antes del amanecer y ya no se vuelve a ingerir alimento de ningún tipo hasta que se pone el sol, en el festín nocturno denominado iftar y que se suele hacer en compañía de la familia.
La Dra. Serrano, pensando en la posibilidad de ayunar durante el embarazo, pone el énfasis en el momento en el que se encuentra el periodo de gestación, es decir “durante el primer trimestre, que a menudo viene acompañado de vómitos y malestar, el ayuno puede aumentar el riesgo de deshidratación. En el segundo trimestre, cuando los síntomas suelen disminuir y la madre se siente más activa, los riesgos son menores. Sin embargo, en el tercer trimestre las necesidades nutricionales y de líquidos aumentan significativamente debido al crecimiento del bebé, lo que puede hacer que el ayuno sea más difícil de tolerar.”
En cualquier caso, como ya hemos comentado, el ayuno durante el Ramadán no es obligatorio para las mujeres embarazadas como tampoco lo es para personas con distintas patologías y/o problemas de salud.

La salud de la madre y la del bebé
La prioridad durante el periodo de gestación es sin duda alguna cuidar la salud de la mujer que va a convertirse en madre, así como la salud del futuro bebé.
La Dra. Ariana Serrano, señala a este respecto que “existen ciertas condiciones médicas que contraindican el ayuno, como la diabetes (incluida la gestacional), la hipertensión y la anemia. Así mismo, las mujeres con riesgo de parto prematuro o embarazos de alto riesgo, deben evitar el ayuno, ya que este podría aumentar la probabilidad de un parto prematuro y de desnutrición fetal.”
La decisión es personal de la mujer que está embarazada dado que no hay obligatoriedad en este caso de practicar el ayuno durante los treinta días que dura el Ramadán y es por eso que la Dra. Serrano comenta que “es fundamental que las mujeres que decidan ayunar durante el embarazo consuman alimentos nutritivos durante las horas permitidas, priorizando carbohidratos complejos y grasas saludables, Además, deben mantener bien hidratadas, ya que la deshidratación es uno de los principales riesgos del ayuno.”

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