El aumento en número y visibilidad de los centros privados especializados en altas capacidades es una muestra más del crecimiento del interés social por esta cuestión en la que también las instituciones están invirtiendo más a través de programas públicos, lo cual repercute en los colegios, que también redoblan sus esfuerzos para mejorar la atención que este tipo de alumnado requiere.
Hasta hace no mucho sonaba “a chino” eso de los centros especializados en altas capacidades para muchísimas familias, pero basta con escuchar y participar en cualquier entorno educativo escolar para detectar que esto ya no ocurre así. Puede que haya familias que desconocen que existen, pero son otras las que explican en las “tertulias de parque” qué son este tipo de sitios centrados en las altas capacidades.
Más allá de todas las medidas que el sistema educativo contempla en materia de altas capacidades, en paralelo a ello va creciendo la oferta de centros privados. Suelen ser más conocidos por su función de centros de detección de las altas capacidades, pero la mayoría de ellos ofrecen servicios multidisciplinares con programas específicos de ampliación curricular y del aprendizaje para el alumnado con altas capacidades, acompañamiento a las familias, seguimiento individualizado de las necesidades de cada niño o servicios complementarios de talleres y formaciones no solo para el alumnado, también para el personal docente que esté interesado en aprender más sobre las altas capacidades.
Es el caso, por ejemplo, del centro Cadis, donde “desarrollamos un programa de enriquecimiento cognitivo, emocional y social de niños que poseen las mismas características y que tienen la oportunidad de conocer a otros con los mismos intereses y gustos”, explica su directora, María Teresa Fernández Reyes. O de Latento, un centro integral de altas capacidades vinculado a la universidad de Santiago de Compostela, que “busca ser un acompañamiento a lo largo del ciclo vital y en cada etapa del proceso educativo, contemplando las altas capacidades como un hecho diferencial en evolución y perfilado, no solo desde la dimensión cognitiva sino también desde la dimensión socioemocional y motivacional”, explican desde el centro.

Valoraciones psicoeducativas, su función más conocida
Aunque el servicio de este tipo de centros especializados en altas capacidades es amplio, como decíamos anteriormente, la puerta que permite a muchas familias conocerlos es el servicio que ofrecen de valoraciones psicoeducativas en niños y adolescentes (muchos, también, en adultos). Esto es, el hecho de que tengan en su equipo psicopedagogos especializados con formación y experiencia para realizar lo que coloquialmente se conoce como test de altas capacidades.
En realidad, no se trata de un test, y tampoco es vinculante a nivel escolar, puesto que es el servicio de orientación del centro quien define si un alumno tiene altas capacidades a efectos prácticos, curriculares. Pero sus informes sí son ser fuentes de información muy relevantes tanto para las familias como para el personal del colegio.
Este servicio, explican desde Latento, consiste en llevar a cabo “un proceso que incluye la participación y colaboración de varios psicólogos expertos en altas capacidades para una aproximación más fiel al potencial cognitivo y a los diferentes perfiles”.

Desde Área 44, otro centro privado que ofrece este servicio de detección precoz de altas capacidades, detallen en qué consiste su evaluación de las altas capacidades. “Un estudio de caso, aplicación de pruebas con el menor, corrección de pruebas e interpretación de resultados, elaboración de conclusiones y redacción del informe final, entrega del mismo en soporte digital, y en los casos en los que la familia lo solicite, también una comunicación oficial con el centro escolar y redacción de unas pautas o estrategias para el aula en caso de ser precisas”, señalan.
Para poder desarrollar este proceso, los centros trabajan durante el tiempo que estiman oportuno con el niño o niña. “Respetando sus ritmos, la necesidad de descanso y trabajando de forma dinámica, es decir, adaptando la evaluación al progreso de la misma”, matizan desde Área 44. Este trabajo conlleva realizar varias sesiones, como también confirma el equipo de CES Superdotados, otro centro privado especializado en altas capacidades. “Fundamentalmente aplicamos en esta valoración pruebas estandarizadas de total fiabilidad direccionadas a conocer la capacidad intelectual, la capacidad creativa y la adaptación del alumno en ese momento evolutivo”, explican.
En su caso, ofrecen también, como parte de este proceso, una sesión de asesoramiento a las familias una vez interpretados los resultados obtenidos. “Esta valoración tiene lugar cuando la familia no sabe todavía si su hijo es o no de altas capacidades, ha detectado una serie de indicadores o les han informado en su centro educativo sobre la posibilidad de que pueda ser superdotado”, apostillan desde el CES.
Este servicio inicial de detección de las altas capacidades se complementa, como decíamos, con un servicio de acompañamiento y con un programa de actividades educativas lúdicas enfocado al alumnado de altas capacidades. Y en muchos casos, también con formación para el profesorado.