En el informe que presentaron ayer desde la Fundación ANAR titulado “Teléfono ANAR, 30 años escuchando su voz”, han expuesto tras el análisis de los datos recogidos, una realidad alarmante sobre la violencia y los problemas de salud mental que afectan a la infancia y adolescencia en España.
De los cinco puestos en la sala de escucha telefónica que había en las instalaciones de la Fundación ANAR en 1994 a los 60 que tiene habilitados en la actualidad han pasado muchas cosas. Y de pensar que en aquel primer año en funcionamiento los niños españoles "apenas tenían problemas" a ver, después de treinta años, cómo el número de menores ayudados/as anualmente se ha multiplicado por 10 durante el periodo de estudio, los cambios no han dejado de sucederse.
Han sido tres décadas de trabajo desde esta fundación y los datos revelan un preocupante aumento significativo tanto en el número como en la gravedad de los casos atendidos.
Un aumento preocupante: violencia y salud mental
Desde la puesta en marcha del Teléfono ANAR en 1994, los casos de violencia contra menores atendidos por esta línea han aumentado un 1.618,7%, y los relacionados con problemas de salud mental han crecido un 643,9%.
Entre los aspectos más alarmantes del informe destaca el incremento del 2.900% en los avisos de menores que reconocen tener pensamientos suicidas. Estas cifras ponen de manifiesto una crisis de salud mental de una magnitud que afecta no solo a los niños y adolescentes, sino también a las familias y a toda la sociedad.
Diana Díaz, directora de las Líneas de Ayuda de ANAR, comentó durante la presentación de este estudio que “los problemas más leves, como las dificultades de relación, sentimentales y de sexualidad han disminuido, se han desplazado hacia otras formas más graves de violencia y cuestiones relacionadas con la salud mental”. Esta evolución plantea un desafío para los servicios de ayuda, que deben adaptarse a necesidades cada vez más complejas que refieren los menores.

La importancia de la intervención temprana
A lo largo de estos 30 años, el Teléfono ANAR ha atendido más de 6,5 millones de consultas y ha ayudado directamente a 227.087 niños y adolescentes. Además, ha realizado 34.104 intervenciones de urgencia y más de 698.000 derivaciones a recursos especializados. Estas acciones no solo han salvado vidas, sino que han servido para ofrecer orientación a familias y educadores que enfrentan situaciones difíciles.
Benjamín Ballesteros, director técnico de ANAR, destacó durante la presentación del informe, la transformación en los valores sociales durante este tiempo. Mientras antes prevalecían principios como la solidaridad y el respeto, ahora dominan la inmediatez y el cortoplacismo, lo que afecta las dinámicas familiares y sociales.
Violencia en diferentes ámbitos
El informe señala que los menores sufren violencia en múltiples contextos, estos entornos hostiles afectan profundamente el desarrollo emocional, físico y social de los menores:
- En el hogar: La violencia ejercida por familiares sigue siendo una de las principales causas de las llamadas al Teléfono ANAR.
- En la escuela: El acoso escolar o "bullying" y el bajo rendimiento académico son problemas recurrentes.
- En el entorno digital: Situaciones como grooming, sexting y otras formas de acoso online están en aumento, destacando el impacto del mal uso de la tecnología.

Los retos del presente
El uso inadecuado de la tecnología se menciona como un factor transversal en muchas problemáticas atendidas. Los menores pasan cada vez más tiempo conectados, a menudo sin la supervisión adecuada, lo que los expone a riesgos como el ciberacoso y el acceso a contenido inapropiado.
Otro desafío es la falta de conciliación familiar y laboral, que lleva a que muchos niños pasen demasiado tiempo solos. Desde ANAR, advierten que esto aumenta los riesgos a los que están expuestos los menores y destacan la necesidad de políticas públicas que favorezcan horarios compatibles para las familias.
"Nos importa muchísimo el tema de la conciliación familiar, de los horarios familiares y laborales con los horarios escolares", alertan desde ANAR. "No tener esa conciliación hace que los menores de edad estén expuestos a mayores riesgos porque pasan más tiempo solos", advierten desde la Fundación de protección a la infancia.
El informe de ANAR deja claro que, aunque se ha avanzado mucho en la protección de la infancia, queda un largo camino por recorrer. Entre las medidas clave se encuentran:
- Implementar y cumplir el marco jurídico existente: Sonsoles Bartolomé, directora del Departamento Jurídico de ANAR, insiste en la importancia de que las leyes que protegen a la infancia se apliquen de manera efectiva.
- Fortalecer los recursos de ayuda: Incrementar el número de profesionales y garantizar la sostenibilidad de líneas como el Teléfono ANAR es fundamental.
- Educar en el uso responsable de la tecnología: Tanto en casa como en las escuelas, es esencial enseñar a los menores a usar las herramientas digitales de forma segura para proteger a nuestros hijos de la adicción a las redes sociales.
- Promover la salud mental: Normalizar la búsqueda de apoyo psicológico y garantizar el acceso a recursos de calidad para niños y adolescentes.
- Fomentar la conciliación familiar: Crear entornos donde las familias puedan compartir tiempo de calidad y reducir la exposición de los menores a situaciones de riesgo.
