El colegio en la maleta: familias que prefirieron viajar con sus hijos por el mundo para educarlos

El mundo puede ser un centro de estudios, un enorme colegio, una escuela infinita. Para estas familias la escuela está en la maleta.
la escuela está en la maleta

La educación de los niños es, sin duda, una de las principales preocupaciones de las familias, pero ¿te has planteado la idea de que el mundo entero puede convertirse en una inmensa aula en la que nunca se deja de aprender, independientemente de la edad que tengamos?

Algunas familias han decidido educar a sus hijos mientras recorren el mundo, creando experiencias de aprendizaje únicas y enseñándoles valiosas lecciones de vida, de esas lecciones que es casi imposible aprender en la escuela o en el colegio, mientras están sentados en clase.

¿Por qué educar a los niños mientras se viaja?

Porque viajar con hijos no significa dejar la educación a un lado; al contrario, el aprendizaje en movimiento puede ser enriquecedor y muy valioso. El aprendizaje vivencial sabemos que tiene numerosos beneficios para los niños y por eso es por lo que han apostado estas familias.

Familias como las de Marta y Daniel, creadores de Los Mundo, o Patricia Velasco, periodista y organizadora de Mama Travel Fest, han decidido abandonar la idea tradicional de educación en un solo lugar y, en su lugar, han elegido llevar la escuela en sus maletas y moverse con ellas por el mundo.

Los Mundo: una familia nómada por América

Marta y Daniel comenzaron su viaje en diciembre de 2018, cargados de sueños y con un camión 4x4. Tenían clarísimo cual era su objetivo: enseñar a sus tres hijos a través de experiencias, mostrándoles la naturaleza, otras formas de vida, y al mismo tiempo reforzando su unión familiar. Durante 66 meses, estos aventureros han recorrido la ruta Panamericana, cruzando 17 países y enfrentando juntos los desafíos que la vida en la carretera trae consigo que no son pocos.

Para Marta y Daniel, este viaje ha sido un proceso de aprendizaje continuo, tanto para ellos como para sus hijos. "El balance general es muy positivo, por encima de las expectativas que teníamos antes de partir. Hemos tenido momentos difíciles y hemos superado muchos obstáculos, pero todo ha sumado", señalan en sus charlas, presentaciones, videos y conferencias.

Su experiencia demuestra que viajar en familia puede ser una oportunidad para aprender no solo sobre el mundo, sino también sobre el trabajo en equipo, la paciencia y el esfuerzo. De una forma natural los niños aprenden observando a otros, es lo que se define como aprendizaje vicario y en este planteamiento educativo se convierte en un aspecto muy positivo para los más pequeños.

Patricia Velasco y su familia: una inspiración para otras madres aventureras

Patricia Velasco, es periodista de profesión. Un día decidió dejar su trabajo estable y embarcarse en la aventura de viajar con su pareja y sus hijos. Ella y su familia han recorrido el mundo, creando contenido y apoyando a otras madres que buscan hacer lo mismo. 

Como organizadora de Mama Travel Fest, Patricia también trabaja para cambiar la percepción de que viajar con hijos pequeños es difícil o limitante. Su lema es claro: "La fiesta solo acaba de empezar"

Para Patricia, viajar en familia es una oportunidad para enseñar a sus hijos sobre geografía, economía, historia, idiomas y ciencias naturales de una manera viva y práctica. Además, fomenta en ellos el respeto hacia otras culturas y realidades, y el desarrollo de distintas habilidades sociales que está convencida de que les serán de gran valor en su vida adulta. No se trata solo de leer la información en los libros, se desarrolla por ejemplo, un aprendizaje auditivo muy enriquecedor por los distintos lugares a los que se desplazan.

la escuela está en la maleta
Los libros pueden viajar con nosotros y el aprendizaje no se detiene nunca. - Imagen: PF

Beneficios de educar a los niños en movimiento

Para muchas familias, viajar con sus hijos no significa solo unas vacaciones largas, sino una oportunidad de educación integral. Convertir el mundo en un aula permite que los niños aprendan de manera activa, desarrollen habilidades de adaptación y fortalezcan sus lazos familiares. Viajar es una forma de aprendizaje que no se limita al edificio del colegio con sus distintas aulas, va mucho más allá que todo eso.

Miguel Ángel Azorín, profesor del Máster en Innovación Educativa de la Universidad Europea señala que “como docente puedo reconocer muchas cosas positivas en este modelo: el aprendizaje cobra vida en cualquier momento y lugar, provocando experiencias prácticas que dejan huella” pero no solo eso, como él dice “los niños y niñas no solo estudian una cultura, la viven, la tocan, la saborean. Eso es un aprendizaje significativo que no se olvida.”

Además, el worldschooling, para este docente “ofrece una visión global, al poder vivir en diferentes contextos y situaciones, algo que no se encuentra ni se aprende en los libros. Da una flexibilidad educativa al personalizar el aprendizaje según los intereses del niño o de la niña. Es una oportunidad única para que aprendan a su ritmo y explorando lo que realmente les apasiona.”

A lo que hay que añadirle la conexión familiar, ya que al viajar juntos como familia ayuda a fortalecer vínculos y experiencias de vida. Juntos pueden compartir aventuras, resolver retos, o simplemente disfrutar de momentos que se quedan para siempre en el recuerdo..

Porque para las familias que ponen en marcha esta filosofía, viajar con sus hijos no significa solo unas vacaciones largas, sino una oportunidad de educación integral. Convertir el mundo en un aula permite que los niños aprendan de manera activa, desarrollen habilidades de adaptación y fortalezcan sus lazos familiares. Viajar es una forma de aprendizaje que no se limita al edificio del colegio con sus distintas aulas, va mucho más allá que todo eso.

Aprendizaje activo y experiencial

Estudiar historia desde los lugares donde ocurrieron los hechos, aprender sobre los ecosistemas mientras duermen en la selva y escuchar a los animales en libertad es una experiencia incomparable. Como cuenta Patricia, su hija pudo estudiar el ecosistema de la selva cuando lo estaba viviendo en su propia piel, mientras sus compañeros lo aprendían a través de los libros y los dibujos. Fue algo que ningún libro de texto podría igualar y una vivencia y un aprendizaje directo de los que dejan una huella profunda y duradera en los niños.

Habilidades sociales y empatía

Los niños viajeros desarrollan una capacidad única para relacionarse con personas de todas las edades y contextos. En cada lugar conocen a nuevas personas, hacen amigos y aprenden a adaptarse a diferentes ambientes. 

Al mismo tiempo, esta experiencia les enseña a ser empáticos y respetuosos con las diferencias culturales, desarrollando una mente abierta y tolerante desde temprana edad.

Conexión familiar y aprendizaje colaborativo

Uno de los motivos principales de estas familias para viajar juntos ha sido la oportunidad de pasar más tiempo en familia y educar a sus hijos desde un enfoque más cercano. Marta y Daniel, por ejemplo, querían compartir la infancia de sus hijos y no perderla en medio de las horas de trabajo y colegio. Para ellos, la educación en movimiento ha sido una manera de reforzar sus vínculos y compartir experiencias que de otra manera hubieran sido imposibles.

Flexibilidad y adaptación

Viajar constantemente significa adaptarse a diferentes situaciones, lugares y culturas. Esto ayuda a los niños a ser flexibles y a manejar situaciones imprevistas. Aunque muchas familias en ruta, como Los Mundo, intentan mantener una rutina, saben que la vida en movimiento a veces los obliga a adaptarse y ser flexibles, una habilidad muy útil en la vida moderna.

la escuela está en la maleta
El worldschooling fomenta el aprendizaje incluso en el mercado mientras viajamos. - Imagen: PF

¿Es el Worldschooling una alternativa educativa Real?

El profesor del Máster en Innovación Educativa de la Universidad Europea, Miguel Ángel Azorín, señala que desde su propia experiencia “es una herramienta educativa que tiene mucho poder, pero no es un modelo universal. No todos los niños ni todas las familias están preparados para poder llevarlo a cabo. Lo que sí creo es que todos podemos aprender algo de esta filosofía: salir de nuestra zona de confort, explorar más allá de lo conocido, y convertir el aprendizaje en algo emocionante.”

Y añade una reflexión al respecto, “creo que, en un mundo ideal, podríamos tener lo mejor de ambos mundos: las oportunidades que ofrece el worldschooling y la solidez de una base académica bien diseñada. Además, las herramientas digitales actuales pueden ayudar a cerrar esas posibles brechas, permitiendo que los niños viajen y aprendan sin dejar de lado ciertos conocimientos clave.”

Porque el concepto de worldschooling se refiere a convertir el mundo en una escuela donde los niños aprenden a través de sus experiencias mientras viajan. El aprendizaje en movimiento, mientras se está de viaje por el mundo, es un desafío, pero también una de las aventuras más gratificantes que se pueden compartir en familia.

A medida que más familias deciden probar esta alternativa, surgen comunidades y recursos para quienes desean educar a sus hijos en movimiento. Plataformas como Mama Travel Fest, organizada por Patricia, buscan brindar apoyo a estas familias, compartiendo ideas y experiencias para que el proceso sea lo más enriquecedor posible.

la escuela está en la maleta
En el worldschooling el pupitre de clase puede estar en cualquier lugar del mundo. - Imagen: PF

Y TAMBIÉN PUEDES LEER:

Recomendamos en