Los problemas relacionados con la autoestima no dan tregua. Si hace unos días hablábamos de niñas que compran productos de cuidado facial preocupadas por su aspecto físico, hoy conocemos datos que muestran como los Trastornos de la Conducta Alimentaria, afectan cada vez a niñas más pequeñas, de menor edad.
La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia situa la edad media de las personas afectadas por este tipo de trastornos en los 12 años de edad, en 2008 la Asociación Española de Psiquiatría Infanto-Juvenil la encontraba rondando los 17 años.
En cinco un periodo de cinco años se ha bajado la edad media en cinco años, algo que preocupa a familias y profesionales de la salud.

Anna Figuer, responsable de prevención de una de las asociaciones más importantes en este tipo de trastornos, la Associació contra l’Anorèxia i la Bulímia de Catalunya, reconoce que “estamos viendo casos por debajo de los 10 años” porque la edad de inicio en estos trastornos graves cada vez es menor.
Una precocidad que parece estar muy relacionada con los cánones estéticos que las menores encuentran sobre todo en las redes sociales a las que ya tienen acceso a esa edad.
Niñas que se ven gordas
¿Por qué pasa esto a edades cada año más tempranas?
Los expertos señalan que no hay un único motivo, tanto la anorexia como la bulimia plantean un desarrollo multicausal, hay muchos factores que pueden llegar a desencadenar esta enfermedad pero sí es cierto que el hecho de que cada vez se produzca a una edad menor, se relaciona con el acceso a las redes sociales y al consumo de determinado contenido inadecuado en edades tan tempranas.
Cristina Andrades es psicóloga sanitaria y está especializada en alteraciones alimentarias, en su experiencia señala que en la actualidad se llegan a ver en la consulta un mayor número de menores de 15 años que de niñas por encima de esa edad.
José Francisco López-Gil publicó un estudio en el que buscaba una explicación del descenso en la edad de las niñas que se ven afectadas por un TAC y una de las hipótesis que se planteaban era precisamente esa, la relación de la infancia con las redes sociales y todo lo que eso implica.
Según sus conclusiones, un mayor tiempo de uso de las distintas redes sociales en las que habitualmente se mueven nuestros hijos, se asocia con una mayor probabilidad de desarrollar estos trastornos alimenticios.
El peligroso espejo de las redes sociales
Instagram resulta que es la red social que más afecta a la percepción de la autoimagen de los jóvenes, llegando a aumentar el riesgo de padecer un TCA en un 20% entre sus usuarios, según los datos de uno de los estudios pioneros realizados con jóvenes adolescentes españoles y seguida de cerca por Tik Tok.
No podemos perder la perspectiva de que los TCA son trastornos mentales graves y la persona que los padece sufre mucho y necesita ayuda cuanto antes. Según los datos del Gobierno, hablamos de casi 400.000 jóvenes que sufren este tipo de trastornos alimenticios en nuestro país.
La idea es darle la vuelta a la situación, tratar de trabajar y educar en el uso de las redes sociales ya que es un entorno que los niños y jóvenes han integrado en su tiempo y su forma de ocio.
Desde la Universitat Oberta de Catalunya se plantean hacer viral la información sobre salud mental, información de calidad que contrarreste la que les refuerza mensajes perjudiciales para su autonomía, su autopercepción y su salud.
Está bien que detectemos el daño pero también es necesario educar a los niños en el uso de las pantallas, por ejemplo la psicóloga Cristina Andrades señala que “ahora fomentamos los factores de protección, que ayudan a minimizar ese riesgo, como trabajar la autoestima saludable” en lugar de hablar de los trastornos, de sus características, las conductas y las consecuencias que han resultado ser demasiado explícito en su sentido menos positivo.
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