Si hace unos años fueron las pantallas las que pretendían poner patas arriba el panorama educativo mundial ahora parece que es más un regreso a los orígenes, una vuelta al bolígrafo, al lápiz e incluso a la pluma estilográfica (que algunos de nuestros hijos no saben lo que es) para volver a escribir nada menos que en cursiva.
Todos aprendemos a escribir con un tipo de letra que se denomina redondilla, la cursiva es más estilizada, más inclinada y según el Museo Nacional de Historia de Estados Unidos es un estilo de escritura inspirada en los “movimientos fluidos observados en la naturaleza”. Un estilo de escritura manuscrita que prácticamente ya nadie utiliza y mucho menos en los centros educativos.
¿Volvemos a escribir a mano?
Y no solo a mano sino concretamente, volvemos a escribir en cursiva, de hecho en numerosos estados de Estados Unidos han decidido que sí que los alumnos vuelvan a escribir a mano y lo han decidido con tanto interés que han llegado a promover leyes “pro-cursiva”.
Sin ir más lejos, en el estado de California ya hay una ley que exige que se enseñe a los estudiantes de primaria a escribir en cursiva.
Algunos defensores de la escritura en cursiva, como la asambleísta californiana Sharon Quirk-Silva, que trabajó durante más de tres décadas como maestra en un centro escolar, tiene claro que aprender a escribir en cursiva garantiza que los estudiantes puedan leer con facilidad textos tan antiguos como importantes, como la Constitución de los Estados Unidos, por ejemplo.
Puede parecer un motivo poco razonable pero no es el único motivo, hay todo un conjunto de estudios académicos que enumeran los beneficios que tiene la escritura en cursiva para los alumnos, para su desarrollo intelectual y para su capacidad de aprendizaje.
Para el profesor William Klemm “la cursiva ayuda a entrenar el cerebro para que aprenda la “especialización funcional” es decir, la capacidad de lograr una eficiencia óptima”.
Otras investigaciones coinciden en los beneficios de escribir en cursiva, desde los más obvios que se relacionan con el desarrollo de las habilidades motoras finas hasta la capacidad que tiene este aprendizaje de estimular y crear distintas sinergias entre los hemisferios cerebrales implicados en el pensamiento, el lenguaje y la memoria de trabajo.

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