El momento de dejar el pañal puede ser una de esas etapas de crecimiento y evolución de tu hijo algo más complicada de lo habitual. Es un momento en el que vas a tener que tirar de tus reservas de paciencia, de comprensión y de respeto al ritmo de desarrollo que tenga tu hijo o hija.
Habitualmente, la edad a la que se plantea el abandono del pañal suele ubicarse entre los dos y los tres años, dependiendo del desarrollo madurativo de cada niño. Lo importante no es tanto la edad como que los adultos sepamos identificar las señales que indican que el niño está preparado para abandonar el uso del pañal.

El control de esfínteres es un proceso natural que depende no solo de la madurez neurológica del niño sino también de su madurez afectiva por lo que debemos tener muy en cuenta que cada niño tiene unas circunstancias diferentes y ellos son los protagonistas en este proceso de abandono del pañal.
La labor de los adultos es la de acompañar siendo pacientes, comprensivos y cariñosos para que el proceso sea un éxito.
Siete pasos del método Montessori para dejar el pañal
1.- Observa las señales que pueda ir haciendo tu hijo o hija. Son sencillas de apreciar y dicen mucho sobre si el niño o la niña están preparados para dejar de usar el pañal de forma habitual:
- que el pañal se mantenga seco durante períodos cada vez más largos
- que el bebé tenga un nivel de lenguaje que le permita hacerse entender cuando necesita algo
- que haya desarrollado destrezas motrices como saltar, subir, correr,...
- que tenga una propiacepción básica
- que tenga curiosidad por el baño, el inodoro, el lavabo, el bidé,..
- que haya empezado ya a imitar a los mayores
- que tenga capacidad de seguir unas instrucciones sencillas
- que quiera hacer cosas por sí mismo
2.- Haz el cambio de pañal en el baño o deja que te acompañe al baño. Es una manera muy sencilla de que comience a ubicar este lugar con su uso, que lo relacione con su utilidad.
Puede acompañarte a ti o a su hermano mayor o a otro miembro de la familia, el caso es que le sea fácil establecer la rutina y la normalidad de que todos sus referentes también van al baño.
3.- Hazle su espacio en el baño. Te acompaña a ti o a cualquier otro miembro de la familia, ahora toca hacerle un hueco en este lugar para que empiece a usarlo como todos los demás. Puedes dejar sus toallitas húmedas o alguno de los productos de higiene que utilizas para ella o él.
4.- No lo pospongas. Si has visto las señales del primer punto es porque es el momento perfecto para dejar el pañal, no lo retrases.
Puede que las primeras veces solo sea una falsa alarma, que solo se siente y no sea un éxito pero poco a poco irá aprendiendo de una forma natural e intuitiva, casi como si fuera un juego.
5.- Evita los pañales para “escapes”. Si le colocas un pañal para evitar los escapes, lo que algunos definen como un pañal “entrenador”, estás privando a la niña o al niño de la posibilidad de aprender cómo funciona su cuerpo, cómo puede evitar sentirse mojado, qué pasa cuando no hace pis o caca en el inodoro. Le estás evitando que conozca la realidad y eso hace que no aprenda realmente.
Prepárate con distintas mudas de ropa limpia, prevé calzado que sea sencillo de limpiar por lo que pueda pasar porque es probable que pase, sobre todo las primeras veces.
6.- No le regañes. No te burles o le regañes o le hagas sentirse “de menos”, son accidentes en el proceso y poco a poco irán desapareciendo.
En este momento, como en tantos otros, tu hijo o hija necesita comprensión y acompañamiento, necesita modelo y enseñanza, opta por una comunicación clara y positiva.
7.- Acompáñala tú al baño. Él o ella te acompaña a ti y tu le acompañas a él o ella las primeras veces que se va a sentar en el inodoro.
Aunque no nos lo parezca a los adultos, ese hecho de acompañarles a realizar algo tan nuevo y distinto, va a eliminar parte del estrés que pueden sentir.
De hecho, hay niños que se estriñen en el proceso de dejar el pañal y eso es mejor prevenirlo y evitarlo si está en nuestra mano simplemente acompañándoles las primeras veces.
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