El método japonés para enseñar a ahorrar a los niños que funciona

Enseñar a nuestros hijos a relacionarse con el dinero, a administrarse, a saber lo que supone un gasto imprevisto o a tener que ajustarse a un presupuesto, es algo muy positivo que le va a ayudar mucho cuando crezca.
Una madre paga dinero a sus hijos cada día por ir al cole

Gastar con cabeza y ahorrar, dos conceptos que siempre escuchamos a nuestras madres cuando éramos niñas y que conviene enseñar a nuestros hijos desde que son pequeños. El verano es una época estupenda para empezar a hacerlo, tienen más tiempo libre, pueden organizarse mejor y además estarán entretenidos aprendiendo una forma de ahorrar y de gestionar su propio dinero.

Para muchos familiares y amigos es más sencillo regalar dinero a un niño que encontrar un regalo que de verdad le guste, ante esa situación es conveniente enseñar a tus hijos a ahorrar, ese dinero de los regalos o cuando llega la paga semanal, como ocurre en algunas familias.

El método de nuestras abuelas

Aunque ellas no lo supieran, el método japonés Kakebo era el que ponían en práctica muchas de nuestras abuelas a la hora de organizar los ingresos y los gastos de la familia y es el método que podemos enseñar a los niños este verano para que tengan controlado su propio dinero e incluso y más importante, para que valoren mucho más lo que compran y lo que gastan con él.

El método Kakebo se empezó a desarrollar por las mujeres japonesas a principios del siglo pasado y consiste en “tener una mayor conciencia de lo que gastamos” según lo explica la profesora de Economía y Hacienda Pública de la Universidad Europea de Valencia, Leticia Poole

Anotar los ingresos y los gastos en una libreta “resulta más convincente desde el punto de vista psicológico” según esta profesora, a la hora de llevar la economía de la casa o el dinero de bolsillo del que disponen nuestros hijos, es una manera sencilla de fomentar el ahorro desde la infancia y de enseñar a los niños a relacionarse con el dinero de una forma consciente y constructiva.

Un sobre para cada gasto

La técnica es muy sencilla, tal y como la explica la profesora Poole nuestras abuelas, repartían “el sueldo entre varios sobres: para la comida, para el alquiler y los suministros o para los imprevistos. Además, se apartaba otro sobre que se destinaba al gasto discrecional o caprichos en caso de que sobrara algo a final de mes.”

En el método Kakebo se contabiliza por columnas en una agenda los ingresos, los gastos fijos de cada mes y los gastos variables o los imprevistos y se hace una previsión de ahorro mensual o semanal. Al ir anotando los gastos se puede hacer un balance semanal y comprobar si hemos llegado o no a la cantidad prevista para ahorrar.

“Los gastos fijos son aquellos que cubren las necesidades básicas de la familia, mientras que los variables se suelen identificar con aquellos que somos libres de realizar o no y los imprevistos son los que no están planificados pero resulta inevitable afrontar”, explica la profesora Poole.

En el caso de nuestros hijos podemos ayudarles a definir lo que ellos entienden como gastos fijos, gastos variables e imprevistos, quizás estos últimos son menos probables en sus circunstancias personales pero si lo que buscas es fomentar el ahorro con tus hijos y que los niños aprendan a ahorrar, no está de más explicárselo también.

El verano es un momento estupendo para explicar a los niños el método Kakebo y que aprendan a gestionar su dinero.

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