La realidad de las familias españolas es la que es y según los datos, un 60% necesitan una tercera persona para cuidar de sus hijos. No todos tenemos a nuestro alrededor esa tercera persona que nos ayude, algunos necesitamos flexibilidad en los horarios de las guarderías o las escuelas infantiles a las que llevamos a los niños, entonces ¿puede no ser un disparate lo que ha propuesto la Ministra de Trabajo?¿puede no ser un disparate que las escuelas infantiles puedan abrir 24 horas?
La vicepresidenta segunda del gobierno y ministra de trabajo, Yolanda Díaz, lanzó estos días esta propuesta, señalando que para su ministerio es una de sus “tareas pendientes”. La reacción no se ha hecho esperar y no es que haya sido especialmente positiva en general ni en los medios de comunicación ni en las redes sociales.
Educar vs conciliar
Desde la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AEMI-Waece), su presidente Juan Sánchez Muliterno, ha dirigido una carta abierta a la ministra española y vicepresidenta segunda del gobierno mostrando su claro descontento por la propuesta y señalando que según su opinión “lo que en apariencia podría sonar como una medida de conciliación laboral, en realidad supone una grave amenaza para el bienestar infantil y refleja un modelo de sociedad deshumanizado que atenta además contra los derechos del niño.”
A estas duras palabras, han añadido que quizás la ministra de trabajo está “confundiendo conciliación y educación infantil”.
Quizás ese haya sido el problema, quizás no estemos hablando de escuelas infantiles al uso o quizás lo que planteaba la ministra es un enfoque que se acerca más a la postura de la Universidad de Yale que tiene muy claro que es lo que necesitan los niños de preescolar para desarrollarse adecuadamente.
Sin conciliación no hay natalidad
El ministro de derechos sociales, Pablo Bustinduy, también participó en este mismo acto que llevaba por título “Derecho al bienestar, derecho al tiempo: Prestación universal por crianza y reducción de jornada” en el que se planteó la posibilidad de instaurar una prestación universal por crianza de 200 euros al mes para todas aquellas familias que tengan hijos a su cargo.
Además, por supuesto se explicó también la necesidad de una reducción de la jornada laboral a 37’5 horas semanales para todas las trabajadoras y trabajadores, tanto del sector público como del privado. Si tenemos en cuenta los datos que señalan que solo el 16% de los jóvenes españoles consigue tener hijos, es evidente que la conciliación en nuestro país aún tiene mucho terreno que recorrer porque sin conciliación no hay natalidad.
En otros países, de cara a aumentar la natalidad, han planteado medidas tan polémicas como enviar a las niñas al colegio un año antes o facilitar el parto sin dolor y gratuito para que las madres se animen a tener más hijos.
Encontrar la medida para conciliar vida laboral y familia no es algo sencillo, la mayoría de las madres españolas se sienten culpables por delegar el cuidado de sus hijos. Quizás reducir los horarios o ampliar las bajas por paternidad y maternidad sería lo más deseable pero ¿qué hacemos si mi horario laboral empieza justo cuando termina el horario de la escuela infantil a la que llevo a mi hijo?
“Si usted quiere conciliación familiar, como nosotros, establezca una serie de “centros de conciliación” que no tienen nada que ver con las escuelas infantiles”, añaden desde la AMEI-Waece en su carta abierta a la ministra de trabajo.
Puede que no haya una única solución, pero es innegable que la necesidad y el problema están sobre la mesa, desde hace demasiado tiempo.
