A partir de 10 meses. Muchos niños rechazan la fruta; en ese caso, conviene ofrecerle distintas alternativas (sin agobiarle), como esta compota de cerezas, que es blanda y tiene un bonito color rojo. La compota se puede tomar de postre, en la comida o la cena y también a media mañana, para reponer fuerzas, o en la merienda.