“Vivimos en una época que confunde información con conocimiento”: la lección de David Pastor Vico en tiempos de pantallas y soledad

En su charla sobre filosofía y educación, el divulgador David Vico defendió el poder de la palabra, la amistad y el pensamiento crítico como pilares para una vida plena y un aprendizaje significativo.

El filósofo y divulgador habló sobre la importancia de la amistad como camino hacia la felicidad humana en su intervención en Family Xperience.

La amistad es fundamental en el desarrollo de los niños, no solo en lo emocional, sino también en su bienestar general. El filósofo Vico subrayó su importancia, destacando que la verdadera amistad se basa en la confianza y la reciprocidad, valores esenciales para superar los desafíos de la vida.

Vico se inspiró en Aristóteles, quien también defendió la amistad como clave para alcanzar la felicidad plena. Según él, vivir sin amigos sería vivir de manera incompleta, una idea que resuena hoy en la educación, donde los lazos de amistad son esenciales para el desarrollo social y emocional de los niños.

Transcripción editada de David Pastor Vico

Es la disciplina de la filosofía que se encarga de lograr la felicidad de las personas, que el fin de todo ser humano es ser feliz. Pero cuidado, no confíes en alguien que no tiene amigos. Porque alguien que no tiene amigos es imposible que sea feliz. Y si alguien que no tiene amigos es imposible que sea feliz, no te acerques a una persona. que no alberga para sí la felicidad, porque entonces te va a marear y te va a hundir para abajo.

Aristóteles y la importancia de la amistad

De hecho, en la Ética de Nicomáquea, Aristóteles dedica cuatro capítulos completos a hablar sobre la amistad. Piénsenlo, el filósofo más importante, el más relevante de la historia antigua, el que traza las líneas de la ciencia moderna, el que se convierte en referencia también del cristianismo, una persona que mueve todo el mundo del occidente y lo lanza hacia el futuro, escribe un libro para su hijo, para que sea feliz, y el máximo hincapié es el que su hijo vence solo, el que tenga amigos.

Algo querrá decirnos Aristóteles, algo sabría este señor. De hecho, es el propio Aristóteles el que en un momento dice lo siguiente: sin amigos nadie querría vivir. No tiene sentido una vida sin amistades, sin afectos, sin afectos.

La importancia del juego y la interacción con otros niños

Me podrían decir, bueno, quizás sí, pero yo soy el mejor amigo de mi hijo. De eso hablamos luego, cuando ya han pasado tres horas. Mientras vamos a hablar de otros aspectos más sencillos del mundo de la amistad y de los afectos, que es de lo que yo vengo a hablar aquí. Verán, no permitir o no posibilitar o no facilitar que los niños tengan acceso directo a otros niños de la misma edad es un problema.

Muchas veces lo hacemos sin darnos cuenta, cargamos las agendas de nuestros niños, la calle es súper peligrosa, ¿verdad? Todos lo sabemos, es mucho mejor que se queden en casa con elementos mucho más controlables, como por ejemplo móvil ¿no? Y empezamos a engañarnos porque en el fondo vemos que todo el mundo lo hace, y como todo el mundo lo hace, será que esto es lo bueno, porque eso de jugar está muy pasado de moda, más algo superficial.

Pero lo importante es que mi hijo aprenda chino. Eso es lo importante, que aprenda chino, a ser posible algún instrumento, que por supuesto sepa inglés, eso vale suyo, porque estar en una guardería bilingüe es muy importante. Y así vamos llenando la agenda de nuestro niño.

Lo de la amistad queda como, bueno, pero ¿para qué? Bueno, ya jugarás, ¿no? No hay ningún problema. Dice Aristóteles: observa a los niños jugando. Observando en qué son buenos en el juego, podrás lanzarlos en el futuro.

El conocimiento de los hijos a través del juego

Si tú ves a un niño jugando y te das cuenta de que tu hijo tiene la capacidad de engañar a todos sus amigos, va para el sindicalista. Dale una buena formación, lánzalo para allá. Es lo que nos viene a decir, porque es la forma en la que nosotros tenemos de conocer a nuestros hijos dentro de casa, nuestros hijos son más listos que nosotros. Y nuestros hijos dentro de casa pueden ser o un infierno, un pequeño Napoleón, un dictador, o una cosa buenísima, blandísima, que nos quiere muchísimo.

Pero la realidad, para saber cómo son, es verlos desde fuera y hacer posible por un agujerito. Por eso, cuando van ustedes al colegio y hablan con sus profesores, os cuentan cosas de vuestros hijos que ustedes dicen, no puede ser, no puede ser. Mi hijo no ha sido, mi hijo le ha quitado la merienda, no, yo no. Pues sí, claro que sí.

David Vico. Foto: Alberto Carrasco

La teoría de la personalidad

Lo que pasa es que verán, existe una cosa que se llama la teoría de la personalidad. Personalidad es un término que viene del griego que significa máscara. Las personalidades son máscaras y dependiendo del sitio donde estemos tenemos una máscara. Yo tengo la respuesta de una máscara de filósofo simpático que habla muy rápido, yo soy mucho más sieso y no soy tan simpático.

Pero me pongo esta máscara para poder trabajar con ustedes y que ustedes me entiendan y nuestros hijos lo hacen desde muy chicos. ¿O no se comportan diferente con el abuelo que con ustedes? Totalmente, ¿verdad? ¿Y cómo lo ha aprendido? Porque viene por defecto. Esto viene en el sistema operativo del ser humano.

Es una estrategia de supervivencia porque según la máscara que yo me pongo en determinado momento, así soy capaz de sobrevivir o conseguir más caramelo. Básicamente es lo mismo. Al final, para él, eso es sobrevivir, conseguir más caramelo, o más atención, o más libertad, o estar más tiempo con la tablet que tocamos regalos.

Aristóteles y Filipo II de Macedonia

Les voy a contar una cosa sobre la amistad. Y yo creo que si se llevan esto, solo esto hoy, yo me voy muy feliz. Ver a Aristóteles, vuelvo otra vez a la carga de Aristóteles, soy filósofo, lo siento, la cabra va al monte. Además, me lo imagino hablando en andaluz, no sé por qué. Yo me imagino a Aristóteles con un acentazo de Jerez de las Frontera.

Aristóteles, que era el hombre más sabio de la Grecia clásica, recibe una invitación de Filipo II de Macedonia, el rey que estaba conquistando toda la isla de todo el territorio. Filipo II de Macedonia, el tuerto. ¿Por qué? Porque era tuerto. Antes ponían los motes muy bien. Alguien dijo, el rey Felipe VI el breve, y todavía no ha sido el breve, todavía sigue.

Resulta que Filipo II le escribe una carta a Aristóteles y le invita a ser el tutor de su hijo. ¿Por qué? Porque el propio Aristóteles había dejado dicho, los grandes reyes no son grandes padres, es lógico. Un gran rey se encarga del gobierno de su pueblo, no de su hijo. Por lo tanto, los grandes reyes no son grandes padres.

Porque no pueden atender a sus hijos, porque no pueden estar allí con sus hijos. Y esto lo sabía Filipo II de Macedonia porque se lo había leído Aristóteles. Llega Aristóteles y le presenta a su hijo. ¿Recuerdan cómo se llamaba el hijo de Filipo II de Macedonia? Alejandro.

Llega Aristóteles, se presenta a Alejandro, hola Alejandro, eres rubio, los ojos azules, eres muy guapo. Muy bien. Y dice, ¿estás solo? yo voy a pagar al filósofo más caro del mundo para que le dé clase a otro, a mi niño. Si ustedes quisieran que su hijo tuviese una educación súper buena, dirían, el filósofo más caro del mundo soy yo: ven y dale clase a mi hijo. Y tú quisieras que eso fuera solo a tu hijo, porque para eso tú me estás pagando, ¿verdad? Y dijo Aristóteles, no, esto no funciona así.

El aprendizaje colectivo de los niños

¿Dónde están el resto de niños? ¿Qué niños? Yo te he pagado para que le des clase a mi hijo. ¿Tú quieres que tu hijo aprenda? ¿Tú quieres que tu hijo, con esto que yo le enseñe, sea mejor ser humano? ¿Mejor persona? Sí, lléname la clase de niños, por favor. Porque los niños solo no aprenden. Porque solo no hay posibilidad de aprendizaje.

Porque si quieres que un niño aprenda, necesitas rodearlo de otros niños. Y a la par, conseguir que estos niños sean amigos. Que sean amigos, que gusten de aprender juntos y de pasar tiempo juntos. Porque solo entonces, no solo podrán saber si lo que han aprendido lo saben. Cuando tú ves una película, acordaros, nos vamos con 11, 12, 13 años, veáis una película, para algunos de ustedes será El Señor de los Anillos, porque sois muy jóvenes y para mí Regreso al Futuro.

Tú vas a Regreso al Futuro y estabas deseando ir a clase y contárselo a tus amigos y cuando le estabas contando la película, estabas recreando la película, pero además estabas fijando en tu memoria la noción de la película. Se te queda. Por eso cuando te aprendes la lección, tienes que contar la lección. Porque si no la cuentas, no la sabes. Si eres capaz de contarla, la sabes.

David Vico. Foto: Alberto Carrasco

La amistad y la construcción del pensamiento crítico

Ahí está una de las muchas funciones de tener amigos y de estudiar con otros niños. No estar solo en casa, encerrado, con un libro por delante o con una tableta por lo que nos dé la gana. Resultó que Aristóteles fue el tutor de Alejandro Magno por 14 años. 7, 8 años con él de chico y después incluso cuando se fue a conquistar el mundo.

¿Sabéis con quién se fue a conquistar el mundo? con sus compañeros de estudio, con los niños con los que estuvo estudiando. Fueron los generales de su ejército mientras él conquistaba el mundo. Mientras, fueron fieles, fueron grandes amigos y le permitieron crecer y confiar en ellos. ¿Y por qué es tan importante esto de la amistad? Verán, es imposible aprender solos.

La importancia de la frase "conócete a ti mismo"

Otra de las grandes verdades de la filosofía es una frase que se habrán encontrado ustedes en una galletita de la suerte. Que dice, conócete a ti mismo. Suena a galletita de la suerte, ¿verdad? Suena a taza de Mr. Wonderful. Conócete a ti mismo, ¿no? ¡Qué chulo, Mr. Wonderful!

No es verdad, es una frase infinitamente más profunda, aparece según la leyenda en el oráculo de Adelfo, cuando tú ibas a entrar a que te leyera la Buena Lectura, ponía allí, conócete a ti mismo. Resultó que fue la frase que Sócrates acuñó como el fundamento de la filosofía y después forma parte de la Academia de Platón y queda para la historia.

Es el propio Aristóteles el que ya se daba cuenta que la gente estaba leyéndolo mal. ¿Por qué? Porque si yo te digo, conócete a ti mismo, La tendencia que todos tenemos hoy en día a interpretar esa frase es la siguiente. No necesitas a los demás para conocerte a ti mismo. Solo tienes que hacer una introspección muy chula. Mucho mindfullnes y muchos pedírselo al cosmos para entonces conocerte a ti mismo mirando la pelusa de tu ombligo.

Y dice esto todo el mundo. Conocerse a uno mismo es saber ¿En qué eres bueno para así poder ayudar a los demás? que no tiene nada que ver, que no es una frase de la autoayuda que potencia la autoestima. No, lo que potencia es el conocimiento tuyo a través de los ojos de los demás.

La importancia de tener amigos y compañeros de estudio

Recuerden cuando llegan ustedes a clase un día, tienen 11, 12, 13 años, dependiendo, ¿no? Llegáis a clase y os pasa algo, sudas las manos, sientes palomitas en la barriga. Y hablas con tu amigo, con tu amiga, con tu confidente, con ese que es tu mejor amigo, no tu padre. ¿Vale? Porque si ustedes dicen que sois el mejor amigo de vuestro hijo, estáis impidiendo a vuestro hijo tener un mejor amigo de verdad. ¿De acuerdo? Estáis privando a vuestro hijo de la posibilidad de tener un mejor amigo de verdad, que tiene que tener su edad.

Tiene que compartir los mismos espacios, que tiene que compartir las mismas experiencias y que tiene que ser el referente de conocimiento de ciertas cosas. Por lo tanto, cuando entras en clase y tienes palomitas en la barriga y te sudan las manos y no sabes qué hacer, si estás solo y no tienes amigos, te vas a la enfermería.

Me tiemblan las piernas, siento taquicardias aquí. Pero si tienes un mejor amigo, le dices, mira que mal me siento, estoy agitado, estoy nervioso, ¿y entonces cuándo te pasa? Pues esto cada vez que entro en clase. Y cuando te acercas a alguien en particular. Sí, Ana Lolita. Se da el foco radiante de la enfermedad y dice, no, tú lo que estás es enamorado. Tú lo que sientes es que te gusta.

Ay, esto es amor, sí hijo, esto es amor y entonces tiene todo un centro del mundo, aquellos versos maravillosos que dicen, esto es amor, quien lo probó, lo sabe. Porque si no lo pruebas, no lo sabes. Si no hay alguien que te diga, esto que tienes es amor, o tú lo que eres es muy tonto, no te das cuenta. Por lo tanto, en esa frase de conócete a ti mismo, no se puede hacer un ejercicio solitario.

Hay que hacer un ejercicio con amigos. Hay padres que me dicen, no, no, mi hijo juega con amigos, pero muy poco tiempo. Digo, no, no, esto no es una cuestión cualitativa, esto es una cuestión cuantitativa. Los niños no tienen que estar jugando muy poco tiempo de mucha calidad. ¿Sabéis por qué? Porque no hay calidad. ¿Qué pasa, que hay amigos premium? ¿Parques premium? ¿Cinco estrellas? No, ¿verdad? Eso no existe.

Los niños tienen que estar jugando con amigos el máximo tiempo posible, los máximos días del año posible, desde los dos años de edad hasta los 13, 14, que los juegos ya se hacen de otra manera, hay niños presentes y no los voy a contar. Y es en ese desarrollo en el que vamos conociéndonos a nosotros mismos.

Family Xperience. Foto: Alberto Carrasco

Tolerancia a la frustración

Porque nos vemos reflejados en los otros, somos capaces de comparar. Y es gracias al juego al que adquirimos habilidades sociales. Porque cuando juegas con otros niños, si tú no tienes la pelota y aparece el dueño de la pelota, ¿a qué se juega? A lo que quiere el dueño. Eso se llama tolerancia a la frustración. Eso del niño no tiene habilidades sociales, el niño no tiene tolerancia a la frustración, claro, porque no ha jugado nunca.

Porque si juega y llega el dueño de la pelota y dice aquí se juega lo que mede la gana y si no, ¿se aguanta? Pues claro, no tiene este proceso de socialización donde se encuentra con cosas que le frustran y tiene que aprender. Y después cuando tu hijo tiene un grupo de amigos más fuertes, más grandes, llega el dueño de la pelota y dice, eh, hoy vamos a jugar lo que nosotros vamos a hacer de la gana. ¿Por qué? Porque somos más y así lo hemos decidido con la fuerza de la manera dispositiva. Eso suena muy tajante, pero en verdad es trabajo colaborativo y liderazgo.

El juego, los amigos ayudan a la adquisición de habilidades sociales. Ayuda al desarrollo psicomotor. Ayuda al desarrollo de la autoconfianza, no la autoestima. No podemos reforzar la autoestima en un niño que no sale a la calle y no se enfrenta con nadie porque entonces lo que hacemos es inflar fantásticamente, artificialmente, una burbuja que en cualquier momento se va a pinchar en cuanto se enfrenta a la realidad.

Debemos de potenciar la autoconfianza, que es saber que él es capaz de hacer cosas. No creer que él sabe hacerla o que él puede hacerla. No, saberlo. Él tiene que saber que es capaz de enfrentar estas cosas. No, hijo, tú te podrás enfrentar a lo que tú quieras. ¿Por qué, mamá? ¿Cómo lo sabes? Yo lo sé porque confío mucho en ti. No tienes ni idea. Esto hay que actualizarlo, esto hay que enfrentarlo a la vida, que la vida es ir a la calle.

Y posteriormente, no solo tiene ideas sociales, sino además conoce las realidades de otros niños y eso en filosofía es fundamental, porque es la base del pensamiento crítico. Si yo conozco otras realidades, las puedo enfrentar a las mías. Pero si las conozco y además las vivo, porque están en casa de mis amigos, puedo entender por qué en esa casa piensan y actúan de una manera y en la mía de otra.

La influencia de los padres en el aprendizaje de valores

Y entonces pongo en juego eso con lo mío. Y ustedes me dicen, sí, pero es que hay niños que yo no quiero que se junten porque no tienen los valores de mi familia. Ah, entonces el problema es tuyo, no de tu hijo. ¿Por qué es tuyo? Porque tú eres el encargado de reforzar los valores familiares y si se encuentra con otros valores, tu hijo tiene que ir a los tuyos. Y tú has tenido que hacer ese trabajo.

¿Cómo? No, yo siento a mi hijo y le explico lo que está bien y lo que está mal. Pues no ¿Por qué? Porque los valores no se explican, los valores se viven. Los niños aprenden por imitación. Y si el fin de año viene mi prima con el capullo de su novio, y yo soy muy educado con él todo el tiempo que está, pero tal como se va por la puerta, digo: Vaya si el novio de mi prima es tonto. Si yo hago eso, el mensaje que se lleva mi hijo o mi hija que me está viendo es: Ah, entonces hay que dar buena cara delante y ponerlo verde por detrás.

La importancia de actuar con coherencia en la educación de los valores

Estamos potenciando la hipocresía en nuestros niños, ¿me entienden? Así que si los valores de otra familia no te gustan, refuerza los tuyos. ¿Y cómo lo refuerzas? Actuando tú bien. Básicamente, cambia tu conducta, haz la conducta que quieres que tu hijo tenga. ¿Quieres que tu hijo lea? Lee. ¿Verdad? ¿Quieres que tu hijo no beba alcohol? Pues por los primeros 15 años de tu vida no bebas alcohol tú tampoco delante de tu hijo.

¿Sabéis dónde aprenden violencia doméstica los niños? A ver, adivinadlo. Ya está, no hace falta seguir. Los amigos, sin embargo, te dan el contraste. Y muchas veces, los adolescentes sobre todo, es cuando más importantes son los amigos. Porque los amigos serán entonces el referente real de otra posibilidad de mundo. Y aunque te duela, tu hijo vendrá a tu casa y te dirá, ¿sabes qué, mamá? Que yo creo que aquí lo estamos haciendo mal. Porque en casa de fulanito hacen esto, esto y esto.

Y si tú eres suficientemente inteligente, podrás decirle, pues a lo mejor tiene razón. Pero no vamos a cambiar, tenemos 45 años. Pero a lo mejor tiene razón, por lo menos darle la posibilidad de tener razón. No, es que aquí se vota este partido y los otros quieren un gorro de mierda. No, así no porque entonces no estamos reforzando el pensamiento crítico.

La realidad de la seguridad en las calles y la percepción social

El pensamiento crítico se refuerza dando la autonomía a las ideas que tiene tu hijo e interesándolo, por lo menos llevándolo por este camino. La amistad es algo fundamental. Y decía al principio, sí, Vico, lo que nos dices es algo fantástico, pero vivimos en un mundo muy peligroso. Claro, ahora la calle no es como antes. Y ahora yo os pregunto, y ahora sí os juro que ha acabado. ¿Qué la calle no es como antes? ¿Se acuerdan de la época de la bola de cristal?

El índice de criminalidad en España durante la bola de cristal era el 1.7% de la población. 1.7 asesinatos por cada 100.000. ¿Sabéis cuántos ahora? ¿Eh? ¿Cuántos? Mucho más, ¿verdad? 0. 4%. Hemos bajado. Somos el país menos peligroso de Europa. Excepto los que vivan en mitad del barrio del Raval. Pero los que no vivan en mitad del barrio del Raval, que vivan en Alicante, que vivan en Utrera, en Sevilla, en Madrid, en el barrio Salamanca, quizás, vivimos en uno de los espacios más seguros del mundo.

Y se lo dice alguien que ha vivido 10 años en México. A pesar de eso, en México los niños siguen jugando en la calle, pero aquí no. Aquí te asomas a las ventanas y las calles están vacías y los niños están encerrados en su casa, solos. Y después tendrá que venir mi compañera, después de Lucía, a explicar cómo ella tiene que deshacer los malos entuertos que hacemos los padres por no dejar que el niño salga a la calle en un momento histórico de España, donde es más seguro estar en la calle que con un móvil en las manos. Muchas gracias.

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