Aunque no se trata de una enfermedad, sino de un síntoma, no hay nada que más teman muchas madres y padres que la fiebre, sobre todo cuando se trata de un bebé o un niño pequeño. En la mayoría de las ocasiones, lo más común es que la temperatura elevada empiece a bajar a los pocos días, aunque en algunos casos puede prolongarse durante semanas.
- Victoria Herrero
- Christian Pérez
- Pedro de León Molinari